madrid -La Bolsa española terminó ayer la sesión casi plana, con un recorte del 0,04%, suficiente para marcar el segundo mínimo anual consecutivo, en medio de una elevada volatilidad y arrastrada por el tono negativo en todo el mundo, azotado por las dudas sobre el crecimiento y otros factores geopolíticos.

El principal indicador del mercado español, el Ibex 35, cerró con un recorte de 3,70 puntos, el 0,04%, hasta los 8.519 puntos, con lo que en cómputo anual -que ya el miércoles se situó por primera vez desde enero en negativo- pierde el 0,24%.

La sesión fue incluso más negativa en el resto de los principales mercados europeos -aunque éstos están lejos de sus mínimos anuales y todavía acumulan ganancias sustanciales desde enero- al tiempo que Wall Street arrancó marcado por la indefinición y en el momento de cierre del mercado español pierde el 0,02%.

Las bolsas de todo el mundo siguen reflejando el miedo a una posible recesión, una vez conocida la contracción de la economía alemana en el segundo trimestre del año o los débiles datos de producción industrial y ventas minoristas en China.

A ello se suma la tensión entre Estados Unidos y China a cuenta de los aranceles comerciales, que no parece tener visos de amainar, más bien al contrario a juzgar por el anuncio del Ministerio de Finanzas del gigante asiático de “contramedidas” si finalmente la potencia estadounidense impone el nuevo arancel del 10% sobre importaciones chinas por 300.000 millones de dólares. La posibilidad de un Brexit sin acuerdo o la crisis de gobierno en Italia son otros de los asuntos que llevan a los inversores a salir de la renta variable.

En el mercado español los valores más castigados fueron Masmovil, con un descenso del 5,90%, seguido de Enagas, que cede el 2,08% e Indra, el 2,01%, mientras que las ganancias más significativas fueron las de Iberdrola (2,29%), Bankinter (0,88%) y Sabadell (0,77%). En el mercado de deuda, la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años bajaba hasta el 0,028%, su mínimo histórico, y muy por debajo del 0,136% previo y la de los alemanes sigue profundizando los negativos, hasta el -0,716%, con la prima de riesgo bajando a 74 puntos básicos.

Los ingredientes que están alimentando la incertidumbre se mantendrán a corto plazo. En esa línea, la Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió ayer de un “nuevo debilitamiento” del comercio mundial durante el tercer trimestre, de acuerdo con la actualización de su último Barómetro sobre Comercio de Mercancías, que destaca que el aumento de los volúmenes de comercio mundial permanece “débil” en este periodo. En plena guerra comercial entre China y EEUU, el índice más reciente del barómetro, situado en 95,7, es inferior al de la publicación anterior, y pronostica, según la OMC, que todavía no es previsible un crecimiento más vigoroso del comercio. Las lecturas del índice por encima de 100 sugieren un crecimiento superior a la tendencia, mientras que las inferiores a 100 indican un crecimiento inferior. Asimismo, la OMC destaca que la “pérdida de impulso” en el comercio de bienes ya se ha confirmado en trimestres anteriores de los que hay datos oficiales disponibles, y la nueva versión del barómetro sugiere que la expansión por debajo de la tendencia en el comercio de mercancías persistirá en los próximos meses.

En estos momentos, solo un acuerdo en Pekín y Washington aliviaría el panorama, pero Xi Jinping y Donald Trump no están acostumbrados a hacer concesiones y, pese a que esta semana se han reanudado las negociaciones entre ambos países, los dos gobiernos enfriaron ayer las expectativas. Está previsto que una delegación del Ejecutivo chino viaje a Washington a principios de septiembre para continuar con las negociaciones sobre un futuro acuerdo comercial entre ambas potencias económicas, aunque hasta ahora se desconoce la fecha exacta. Sin embargo, China aseguró ayer que debe tomar las contramedidas que considere necesarias tras fracasar la última ronda de conversaciones que tuvo lugar en julio en Shanghái y el posterior anuncio de aranceles por parte de Donald Trump. En su tono habitual, el presidente de EEUU aseguró en una entrevista que percibe que a China le “gustaría firmar un acuerdo”, pero avanzó que, en el caso de producirse, será un acuerdo “en términos” estadounidenses. - Efe