vitoria - En ese mismo escenario de aprendizaje continuo y búsqueda resultados enfocados hacia las empresas vascas, el CIC alumbró el pasado mes de marzo Bcare, la primera spin off que impulsa el centro para predecir el comportamiento de las baterías y, llegado el caso, realizar la autopsia a las que han fallecido. “Es como el CSI de las baterías”, ironiza Nuria Gisbert, tremendamente satisfecha con los primeros pasos firmados por esta firma “top level” única en estos momentos en el Estado -apenas cuenta con competencia salvo en algunos países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos- que ofrece recursos para predecir el estado de salud de las baterías durante su vida últil, ejecuta análisis post mortem para detectar los mecanismos de fallo y realiza auditoría de terceros, entre otros.

A pesar de lo exótico del asunto y de la altísima especialidad que exige este nicho de negocio, convertirse en un forense para baterías apenas tiene mercado, Y ejemplifica Olarte con el caso de los servicios post mortemprevios, esto es, análisis de las baterías que se llevan a cabo cuando éstas aún no han tenido problemas. “Esto es algo que interesa a las empresas que se quieran decantar en serie por algunos de los modelos que hoy ofrece el mercado. Antes de usar las baterías las matamos para conocer la cualidades y prestaciones de cada una, lo que en el medio plazo puede evitar ahorros en dinero y tiempo dado que todas las baterías no valen para cualquier aplicación”, concluye el ingeniero. En cuanto a su público objetivo, Bcare ha centrado el tiro en una primera fase en la automoción y la movilidad, el mercado estacionario de telecomunicaciones y el mercado eléctrico, aunque siempre sin excluir otras opciones. - A.G.