Vitoria - Aún sabiendo lo delicado del asunto y las curvas que van a llegar en septiembre, quiso ayer el diputado general de Álava, Ramiro González, lanzar un alegato público en favor de Mercedes en su comparecencia tras el último Consejo de Gobierno antes de las vacaciones y, de paso, cargar contra quienes, a su juicio, han sido los verdaderos responsables de la situación de incertidumbre que desde hace meses está dañando al sector de la automoción como pocas veces se había visto en los últimos tiempos. “La situación de Mercedes no se debe a que exista una verdadera crisis del diésel, sino que hay un estado de opinión y una incertidumbre creada por los posicionamientos poco claros de los responsables de transición energética de los distintos gobiernos europeos”, declaró con vehemencia González, empeñado desde hace meses en defender a capa y espada la sostenibilidad de los nuevos vehículos que se ensamblan en la fábrica de Ali Gobeo. “Los actuales diésel no contaminan más que los propulsados por gasolina, por lo que comprar un vehículo de ese tipo de combustible es seguro. Ahora bien, hay coches antiguos, diésel y de gasolina, que tienen que ser renovados”, recordó. A partir de ahí, el diputado general insistió en remar a favor de corriente de la mayor fábrica de Euskadi -emplea a 5.000 personas de manera directa y tiene un peso en el PIB vasco cercano sl 5%- hasta el punto de llegar a garantizar la continuidad del proyecto alemán en la capital alavesa. “El futuro de la planta de Mercedes en Vitoria está garantizado, más allá de la actual situación coyuntural, que espero se despeje cuanto antes para el bien de todos”, insistió.

En contacto permanente con su máximo responsable, Emilio Titos, el representante foral alavés anunció en este sentido la existencia de algunos proyectos en los que la Diputación alavesa está trabajando de la mano de la firma germana con carácter de “continuidad”, lo que redundaría en la apuesta que históricamente Mercedes siempre ha llevado a cabo en la provincia. “Hay mucho recorrido que hacer y empleo que se puede mejorar, por eso la situación de la empresa es algo que nos ocupa a diario”, zanjó Ramiro González.

Con un mes inhábil por delante como será agosto, el diputado general es consciente de que las últimas notificaciones anunciadas por la empresa auguran un otoño caliente en la planta alavesa. El pasado 29 de julio, Emilio Titos comunicó en persona al comité de empresa los nuevos recortes en la producción previstos por la dirección mundial de Vans ante la previsión de un descenso de 4.300 vehículos en 2019. Un nuevo hachazo, el tercero en lo que va de año, que, de momento, ofrece un reporte negativo de 10.000 unidades menos de las 152.000 con las que el gigante alemán salió a competir el pasado mes de enero.

otoño caliente Como quiera que la guerra al diésel no ha amainado y las políticas en materia de transición energética en Europa siguen castigando al sector, las consecuencias en la planta de Ali Gobeo no se han hecho esperar. Al margen de la nueva bajada en la producción, la empresa ha iniciado también un ajuste de treinta minutos en su turno de noche, que pasa de 7 horas a 6,5 horas, y ha anunciado la suspensión de 12 jornadas nocturnas entre los meses de septiembre y noviembre. Y como quiera que las medidas de flexibilidad que contempla el convenio colectivo para actuar en caso de incidencia grave se han agotado, Mercedes ya ha dejado caer que en la segunda quincena de septiembre tocará sentarse a negociar. O una ampliación de la bolsa o un Expediente de Regulación.

En este contexto de incertidumbre, las diferencias que en estos momentos existen entre la empresa y los trabajadores son de un calibre notable. De lo contrario no se entendería que dos, a priori, buenas noticias como la no intención de la empresa de acometer despido s o su intención de renovar a los cerca de 500 eventuales que concluían su contrato en agosto, no se hayan celebrado estos días como sería de recibo. La respuesta, quizá, se escondería en la “tremenda desconfianza” que desde hace meses existe entre la clase trabajadora, incapaz en estos momentos de valorar el rumbo que tomarán las negociaciones se septiembre sin tener la cifra exacta de cuál va a ser la producción hasta finales de año.

Producción a la baja. La nefasta evolución de las ventas de vehículos industriales en la gama de motores diésel está laminando a pasos agigantados las previsiones de producción que la factoría de Mercedes en Vitoria tenía para 2019. Así, si el arranque del año se situó en 154.000 unidades, al poco esta cifra se rebajó en 2.000 furgonetas, otras 4.000 en abril y 4.300 más el pasado 29 de julio, quedando la producción actual en 143.700. No se descarta que a la vuelta del verano esta cifra vuelva a registrar un nuevo retroceso.