Vitoria- No por avisados el golpe fue menos duro. Más al contrario. La sensación de “frialdad” y “desconfianza” con la que la plantilla de Mercedes encajó ayer la decisión por parte de la empresa de volver a reducir el programa de producción previsto para este año y ajustar a la baja también parte de su estructura laboral como el turno de noche, no hizo sino alimentar los temores que desde hacía ya semanas se ciernen sobre la factoría de Ali Gobeo como consecuencia de la caída de las ventas y, especialmente, la desconfianza que a día de hoy continúa generando el asunto del diésel, elemento nuclear en el negocio de la planta alavesa al representar actualmente el 85% de todas sus ventas.

Con el rictus serio y preocupado derivado de la mayor crisis en Mercedes Vitoria que se recuerda en los últimos años, fue su máximo responsable, Emilio Titos, el encargado de trasladar el bloque de medidas que el cuartel general de Alemania preparó la semana pasada para todas las plantas del grupo. Medidas de carácter restrictivo y un alcance de concreción muy discreto, lo que sin duda continúa aumentando la incertidumbre entre la clase trabajadora. “Las circunstancias del mercado nos impiden tener una visión a largo plazo”, se justificó ayer Titos en la reunión que mantuvo a media mañana con el comité de empresa -antes estuvo reunido con los Maestros de la fábrica- para trasladarle el resultado del encuentro que las máximas autoridades de Daimler mantuvieron el pasado 24 de julio.

12 turnos de noche suspendidos La digestión entre los presentes a punto estuvo de cortarse. Titos anunció nuevos recortes en la producción ante la previsión de un descenso de 4.300 vehículos este año -supondrá fabricar, de momento, 143.700 vehículos en lugar de 148.000-, y, en consecuencia, puso encima de la mesa otra serie de daños colaterales que el comité cree que terminarán por explotar después del verano. De momento el primero, anunciado ayer, se centrará en el turno de noche, que no solo se acortará en media hora (de 7 horas a 6,5 horas) en los sectores de montaje bruto, pintura y montaje final, sino que dicho turno quedará en suspensión durante 12 jornadas entre los meses de septiembre y noviembre. En concreto, según explicaron ayer fuentes del comité, no se trabajarán las noches de los jueves y viernes de los días 12, 13, 19, 20, 26 y 27 de septiembre, así como otras dos en octubre y cuatro más en noviembre que se irán decidiendo en función de las necesidades. Paradas, en definitiva, que se suman a las que ya se han ido producido a lo largo del año en la planta alavesa -las últimas, sin ir más lejos, se produjeron los pasados 13 y 20 de julio- para tratar de adaptarse al cambio de escenario que hace ahora justo un año se produjo tras el estallido de la llamada “crisis del diésel”. De una forma u otra, y como consecuencia de dichas cancelaciones en los turnos de producción, el estado de la cuenta de referencia para personal directo, indirecto y coligado a la producción, se situará de manera esperada al final del mes de septiembre en un negativo de menos 131 horas, lo que en resumen viene a significar que el margen que la plantilla tiene para poder aplicar medidas que palíen la falta de trabajo ha tocado a su fin y que, por lo tanto, empresa y sindicatos se tendrán que sentar a negociar para tratar de encontrar una manera de salir lo más airosos posible de este situación.

“desconfianza muy grande” En tanto que con el último capítulo de ajuste en el programa (-4.300 unidades) hasta el final de año supera el límite actual de los mecanismos de flexibilidad recogidos en el convenio 2016-2020, la Dirección y el Comité se emplazaron ayer a volver a reunirse tras el verano para negociar las medidas necesarias para afrontar “temporalmente” esta situación. Se prevé que el escenario vuelva a estar impregnado de una tensión que no se recordaba en la planta alavesa desde hacía años, entre otras cosas, porque la desconfianza por parte de la plantilla hacia la empresa es en estos momentos “muy grande” y porque la sensación de que Mercedes ha ido “dosificando” desde hace meses las reiteradas bajadas de la producción para asumir una posición de “fuerza moral” de cara a tener que negociar un ERTE es algo que no ha sentado nada bien en el núcleo duro del comité de empresa.

Como consecuencia de la caída de las ventas, el programa previsto para este año en Vitoria ha descendido, de momento, hasta en tres ocasiones.

Enero 2019. 152.000 (-2.000)

Abril 2019. 148.000 (-4.000)

Julio2019. 143.700 (-4.3000)

El diputado general de Álava se refirió ayer en Radio Euskadi a la delicada situación de Mercedes, amenaza con la llegada de un ERTE si no se revierte la situación de los pedidos. “Es importante hacer un esfuerzo desde Europa en hacer una transición acompasada que tenga en cuenta nuestra realidad económica y las posibilidades de las empresas. Espero y confío que Mercedes puedan adaptarse a esta situación sin tener que acudir a este tipo de mecanismos”, señaló.