Bilbao - La Naval va a sumar una prórroga más a su larga agonía, que va para dos años. El administrador concursal ha solicitado al juzgado que lleva la quiebra que retrase tres meses más el final de la fase de liquidación, de forma que el interés que ha generado el astillero entre algunos inversores, según ha adelantado el Gobierno Vasco, pueda traducirse en ofertas concretas. La principal incertidumbre es cómo se resuelve el recurso judicial presentado al ERE para despedir a la plantilla, que en caso de prosperar obligaría al nuevo comprador a readmitir a 170 trabajadores. Se espera que para dentro de tres meses, el 30 de septiembre, ya esté aclarada esta cuestión.

En principio el movimiento del administrador puede considerarse una buena noticia, ya que significa que hay alguien interesado en comprar el astillero. Es más, si el propósito es terminar de atar posibles ofertas de aquí a septiembre es probable que haya más de una empresa con la vista puesta en Sestao. De hecho la apertura de la fase de liquidación en septiembre del año pasado se explicó precisamente por la necesidad de saldar deudas y hacer más atractivo el astillero para posibles compradores.

Desde el Gobierno Vasco se ha confirmado en los últimos meses que varios inversores “se han acercado” a La Naval con la intención de retomar el proyecto industrial, pero ninguno termina de dar un paso al frente. Hay varios flecos abiertos que no convencen a estos grupos privados, el más problemático el proceso judicial abierto en torno al ERE que supuso el despido de la plantilla. - A. Legasa