Vitoria - En un país que acumula una media de 300 días de sol al año continúa siendo difícil de entender, por no decir imposible, cómo las azoteas de sus empresas, los tejados de sus viviendas o las vastas extensiones de sus zonas agrícolas no están copadas de huertos solares. Difícil de entender cómo sus países hermanos del norte, Alemania fundamentalmente, apuestan por este tipo de generación de energía y autoconsumo aún cuando su luz solar es infinitamente menor y de peor calidad que la de España. Un par de datos confirmarían este desfase: durante el curso pasado, el país germano instaló otros 1.750 MW de potencia fotovoltaica, Reino Unido aumentó su potencia solar en 910 MW, Francia en 890 MW y Holanda en 853 MW. Curioso incluso fue el caso de Turquía, que en un alarde y compromiso en favor de las energías renovables, acometió de una tacada una instalación de nada menos que 1.800 MW solares. ¿Y España? Pese al maná solar que baña cada día su territorio, volvió a hacer el “ridículo”, según el propio sector, instalando apenas 135 MW de energía y confirmando el peor de los escenarios, que es el territorio con más sol de la UE pero que está a la cola del crecimiento fotovoltaico. Aunque esta realidad no es nueva, semejantes diferencias resultan tan sorprendentes que invitan a reflexionar sobre el origen o las razones de tales diferencias en cuanto a la apuesta energética entre la mayor parte de los países de la Unión Europea y España.
Siendo la casuística notablemente compleja y los diversos factores influyentes, todos los indicadores que maneja el sector apuntan sin embargo en una misma dirección: barreras políticas, trabas administrativas y poderosos grupos de influencia que, se supone, llevarían décadas torpedeando el desarrollo de esta fuente de energía renovable en el único país del mundo que no crece como debería en estos momentos en este campo. Y eso que hace una década su liderazgo era apabullante sobre gigantes como China, Estados Unidos o Alemania, países que el pasado año aumentaron su capacidad en una cuarta parte (100 GW en el estado asiático, 50 GW en Japón y 53GW en EEUU) como consecuencia de sus decididas políticas energéticas.
esperanzador horizonte En este contexto y con la sensación de que este tren no volverá a pasar, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido dar un vuelco a este panorama modernizando y simplificando el contexto del sector fotovoltaico. Así, la aprobación el pasado 5 de abril de un nuevo Real Decreto para regular las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica, podría haber desterrado de una vez por todas el viejo fantasma del impuesto al sol que en su día impulsó José Manuel Soria, entonces ministro de Industria, Energía y Turismo del PP. Aquella medida de carácter disuasorio que estaba trufada además de complicaciones administrativas impidió, según el propio sector, la consolidación del autoconsumo en un país propicio para ello.
Años después de aquello, el sector atisba un esperanzador horizonte marcado por una norma que se presenta más justa y beneficiosa para los consumidores, libre de impuestos rocambolescos ni trabas burocráticas; una medida que favorece la independencia energética y, sobre todo, permite la reducción de las emisiones de gases. “Es una oportunidad beneficiosa para todas las partes”, resume Aitor Santos, gerente de San Juan Grupo. “El mundo pyme, por ejemplo, podría tener en el autoconsumo el salvavidas perfecto después de tantos años de penurias y para el propio consumidor también sería positivo, pues tendría a mano otra alternativa al sistema tradicional centralizado, además de verse beneficiado por una disminución del precio de la energía”, abunda el representante de esta compañía alavesa con sede en Agurain y casi 40 años de experiencia en el sector eléctrico.
Apenas han transcurrido unas semanas desde que el decreto entrara en vigor, de ahí que el movimiento entre las empresas alavesas esté resultando, de momento, escaso. “Está todo muy reciente aún y venimos de donde venimos, de modo que todavía hay mucha confusión y desconocimiento en torno a este tema”, reconoce Santos, metido estos días en plena faena informativa para tratar de explicar entre su cartera de clientes las bondades que ofrece la nueva normativa en cuanto a la energía solar. “Las oportunidades son bestiales para invertir en estos momentos en alto consumo energético”, anima el empresario mientras pone el foco en los “interesantes” porcentajes de ahorro que representa una instalación de placas solares en el ámbito industrial. Según su experiencia, una pyme con un consumo medio de 120.00 kw/hora/año podría llegar a ahorrarse hasta un 35% de la factura de la luz, mientras que en el caso de una empresa que quisiera instalar en su azotea un huerto de placas solares con una capacidad de 20Kw, su amortización sería un hecho en apenas tres años y su inversión, que le reportaría ahorros de hasta el 45%, rondaría entre los 80.000 y 100.000 euros, explica el empresario.
El nuevo decreto en favor del autoconsumo también contempla otra serie de ventajas como bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en el caso de los particulares y deducciones de hasta un 30% en el Impuesto de Sociedades, pudiéndose aplicar dicha reducción durante 15 años una vez acometida la inversión. Desde este punto de vista, y analizado el autoconsumo como un producto meramente financiero, el sector está en disposición de afirmar que la energía solar con el precio actual de las placas solares es a todas luces una inversión con una Tasa Interna de Retorno (TIR) muy elevada, “un muy buen producto financiero”, recomienda Santos.
instalación sencilla En la parte más técnica, el gerente de San Juan mantiene que la vida útil de los paneles asegura 25 años de producción y que su instalación es relativamente sencilla, pues no requiere de obras significativas. Su modelo de negocio en este campo camina de la mano de los proyectos llave en mano donde asesora, proyecta, instala y mantiene. “También nos encargamos de la gestión técnico-administrativa, así como de la tramitación de las posibles subvenciones que pudieran existir”, concluye el empresario.
Punto de partida. El Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, regula las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica.
Se anula el ‘impuesto al sol’. El Real Decreto-Ley explicita que la energía autoconsumida de origen renovable, cogeneración o residuos estará exenta de todo tipo de cargos y peajes, y que en todo caso tan sólo los excedentes producidos por la instalaciones de autoconsumo deberán pagar los peajes que correspondan por el uso de la red de distribución del mismo modo que lo hacen las instalaciones de producción.¿Qué es el autoconsumo fotovoltaico? Instalaciones realizadas en hogares e industrias con conexión a la red eléctrica.
¿Qué tipos de autoconsumo existen? Autoconsumo sin excedentes (un equipo antivertido garantiza que no se vierte nada de energía a la red) y autoconsumo con excedentes (instalaciones que en algún momento van a mandar energía a la red eléctrica).
¿Puede una industria vender la energía sobrante que produce? Sí, siempre y cuando la potencia que instale sea inferior a los 100Kw. En tal caso podrá acogerse a la modalidad de autoconsumo con compensación de excedentes. El precio de la energía será negociado entre la comercializadora eléctrica de turno y el productor fotovoltaico.
¿Es posible ahorrarse el 100% de la factura eléctrica? No. La factura cuenta con unos costes que son fijos (el Término de Potencia depende de la potencia contratada y consumida) y otros asignados al Término de Energía.
Autoconsumo colectivo. Inexistente hasta ahora. Varios consumidores podrán asociarse a partir de hoy a una misma planta de generación, lo que impulsará el autoconsumo en comunidades de propietarios o entre empresas o industrias de una misma zona.
Sanciones más razonables. Oscilarán entre el importe correspondiente al 10% de la facturación anual por consumo de energía eléctrica o el 10% por energía eléctrica vertida a la red.
15Kw
Se reducen los trámites administrativos para todos los usuarios, y en el caso del pequeño autoconsumidor (de hasta 15kW o de hasta 100kW, en caso de autoconsumo sin excedentes), se reducen a una única gestión: notificar la instalación de una planta de producción eléctrica en su correspondiente comunidad.