GINEBRA. El informe, que se publicará con ocasión del día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo (28 de abril), subraya que los cambios en el ambiente laboral, incluyendo la automatización y digitalización, producen nuevos desafíos en la fuerza laboral, como el aumento de trastornos tales como la ansiedad o la depresión.
Cada año mueren 2,4 millones por enfermedades ligadas al trabajo y 374 millones sufren accidentes laborales en los que fallecen unas 380.000 personas, según cifras de 2017.
Aunque se observa "una mayor prevención para los riesgos conocidos", según la experta de la OIT sobre seguridad y salud Manal Azzi, los cambios profundos en los lugares de trabajo presentan novedades que necesitan nuevas adaptaciones para seguir avanzando en la prevención.
"Necesitamos estructuras de seguridad y salud que reflejen estos cambios, junto a una cultura general de prevención que fomente una responsabilidad compartida", destacó.
La OIT señala que la pérdida de días de trabajo relacionada con los problemas de seguridad y salud laboral le cuesta a la economía mundial alrededor de un 4 por ciento de su PIB (y hasta un 6 por ciento en los países más afectados).
"Además del costo económico debemos reconocer el inconmensurable sufrimiento humano que causan estas enfermedades y accidentes, aún más trágicos porque en gran medida son evitables", subrayó Azzi.
Junto a la robotización y la digitalización, otros factores que inciden en el surgimiento de nuevos riesgos laborales son los cambios demográficos (por ejemplo el envejecimiento de la población en los países desarrollados), o el cambio climático, que afecta a aspectos como la contaminación o el estrés por exceso de calor.