Vitoria - Los nubarrones a consecuencia de la tormenta del diésel continúan amenazando a la planta alavesa de Mercedes Benz, a sus 5.400 empleados directos, a su notable parque de proveedores y, en definitiva, a todo el espectro socio-económico de la capital alavesa, sabeedor de que un resfriado del mayor gigante industrial de Euskadi supone de forma inmediata un inquietante estornudo. En esta ocasión, el indicio de que se avecinan tiempos difíciles se produjo ayer, en una reunión interna entre representantes de la empresa y de los trabajadores. Durante la misma, Mercedes volvió a plantear una medida de choque para paliar la preocupante caída de los pedidos diésel, mayoritarios en la factoría de Ali Gobeo. En virtud de su hoja de ruta, la planta alavesa aumentará en dos días los paros que ya tenía previstos para finales del mes de febrero, y que hasta ayer estaban fijados para el 25, 26 y 27 de este mes. Con la ampliación del jueves 28 y el viernes 1 de marzo será una semana la que Mercedes detendrá sus líneas de producción como medida preventiva para tratar de ajustar la demanda del mercado -en estos momentos a la baja- con las previsiones que maneja la compañía alemana, que según quedó de manifiesto ayer por parte de sus responsables en Vitoria, serán las mismas que ya anunció el pasado 14 de enero, esto es, 152.000 unidades. Una producción tremendamente ambiciosa que los rectores de la firma alemana confían en poder conseguir a pesar del clima de incertidumbre que existe en estos momentos. Como quiera que este período de nubarrones no tiene una fecha clara de caducidad, Mercedes barajaría incluso nuevos paros antes de tener que acometer medidas más traumáticas como un Expediente de Regulación de Empleo. Dichas jornadas podrían afectar al lunes 18 de marzo, víspera de la festividad de San José, y el 15, 16 y 17 de abril como jornadas previas a la Semana Santa.

Pero más allá de este plan de contingencia alternativo y tomando como referencia los cinco días que la planta va a parar en febrero, de lo que no hay duda es de que el bolsín de horas previsto y contemplado en el convenio entre trabajadores y empresa está a punto de agotarse -apenas quedarían tres horas por turno-, lo que deja a Mercedes con poco margen de maniobra en el caso de tener que seguir ajustando la producción al mercado. En este campo, y en caso de necesidad, podría retirar los 28 sábados que la plantilla ha de trabajar entre abril y diciembre, o incluso podría abrir la fábrica durante el mes de agosto en lugar de tenerla cerrada por vacaciones durante tres semanas, como está contemplado ahora mismo. Escenarios diversos, en cualquier caso, para una realidad que comienza a resultar inquietante y que, hasta el momento, ha supuesto el cierre de la planta alavesa durante 25 días (entre octubre y diciembre), lo que ha provocado una caída en la producción de 17.000 furgonetas.

el 85% de las vito son diésel El rechazo internacional que está provocando el mercado del diésel, en cualquier caso, está frenando la velocidad de la planta vitoriana, cuya producción de vehículos de este tipo de gasóleo supone el 85%, frente al 15% de gasolina. Así y todo, y al igual que sucedió en la última ocasión en la que la empresa comunicó su calendario de paros, de nuevo ayer Mercedes trasladó un mensaje de tranquilidad recordando que el actual convenio recoge los “suficientes mecanismos de flexibilidad” para afrontar “temporalmente” esta situación de incertidumbre, sin recurrir a medidas más duras.

Otro asunto bien distinto será la situación de los trabajadores temporales -unos 600 en estos momentos-, a los que dadas las especiales circunstancias y el clima de incertidumbre reinante no se podrá renovar en el caso de que terminen sus contratos en este periodo. A la espera, por tanto, de que el temporal amaine y el mercado se recupere, la compañía alemana aprovechará todas estas jornadas de parada de la producción para continuar con las modificaciones necesarias de cara a la fabricación del modelo eléctrico de las furgonetas.

Furgonetas Es la producción prevista por la factoría alavesa para el presente ejercicio, lo que constituiría un hito en la historia de la planta de Ali Gobeo. A pesar de que las previsiones en torno al diésel siguen minando la moral de los consumidores y las ventas no repuntan, la compañía, de momento, se mantiene firme en su apuesta por ser capaz este año de alcanzar dicha producción.