MADRID - CCOO y UGT recordaron ayer que siguen negociando en la mesa de diálogo social con patronal y Gobierno central para modificar aspectos centrales de la reforma laboral y que no ha habido ningún “espacio de bilateralidad ni de exclusión” de la CEOE, a la que acusan de “sobreactuación”. Antes de comenzar en Madrid el acto del 30 aniversario de la huelga general del 14 D, los secretarios generales de CCOO y de UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, dejaron claro que las negociaciones continúan, pero que sindicatos y Gobierno coinciden en sacar adelante determinadas reformas. Ambos líderes explicaron que tras meses de negociaciones tripartitas el Gobierno les propuso esta semana, “no un texto cerrado, sino aspectos concretos con acuerdos en algunas materias” que pueden formar parte de un pacto definitivo.

Comisiones se refirió el jueves a ese texto como un preacuerdo y, pese a que UGT y el Ministerio desmintieron ese extremo, la patronal española emitió un comunicado muy crítico con las otras dos columnas del diálogo social. Las aguas siguieron ayer revueltas. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ofreció una conferencia en la Cámara de Comercio de Bilbao sobre Retos y desafíos para la empresa, pero el supuesto preacuerdo planeó sobre el acto. Garamendi aseguró que el entendimiento de UGT, CCOO y el Gobierno para derogar aspectos centrales de la reforma laboral “atenta contra el diálogo social”. Además, apuntó, en alusión al Ejecutivo, que “el árbitro sale al campo de la mano del equipo contrario”.

En Madrid, los sindicatos, tras asegurar que los empresarios han estado “presentes en todas las reuniones y no han querido entrar en el fondo de la cuestión”, recordaron que en la última reforma laboral del PP los sindicatos no tuvieron ningún margen de maniobra. Álvarez explicó que en 2012, el entonces secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que “los empresarios fueron a la pastelería a por media docena de pasteles y se encontraron con que les regalaron la pastelería entera”.

“Hoy todavía no han sido capaces de digerir todo lo que el PP les regalo en 2012”, añadió Pepe Álvarez, por lo que “es bastante razonable que no tengan reivindicaciones, solo faltaría después de los atracos que se cometieron sobre los trabajadores y los regalos a las empresas” del Ejecutivo de Mariano Rajoy. - DNA