BILBAO - El comité de empresa de La Naval de Sestao pidió ayer a los gobiernos central y vasco que compren el astillero, como podría hacerlo cualquier inversor privado, ya que esto “no lo prohibe la Unión Europea y no sería considerado ayuda de Estado”. Según explicó el secretario del comité, Juanjo Llordén, antes del inicio de una manifestación en la capital vizcaína, el plan de liquidación del astillero abre una puerta al rescate. Según indicó, a partir del próximo viernes “cualquiera de los dos gobiernos puede hacer una oferta, comprarlo con un inversor privado de acompañamiento y un plan de viabilidad”.

Llordén afirmó que queda “muy poco tiempo para intentar solucionar el problema de La Naval” e insistió en que la solución la tienen Gasteiz y Madrid. Cientos de personas apoyaron ayer la manifestación convocada por la plantilla para reclamar soluciones para La Naval. El astillero está en concurso de acreedores desde hace un año y la convocatoria tenía como objetivo evitar el cierre y el despido de sus 177 trabajadores. La movilización contó con una fuerte presencia política. Socialistas, populares, EH Bildu y Podemos compartieron pancarta, y la presencia de Arnaldo Otegi no pasó desapercibida. Al término de la marcha, el secretario del comité leyó un comunicado en el que se recalcó que la plantilla “no está pidiendo ayudas”, sino “un nuevo proyecto industrial para el astillero que incluya un plan de viabilidad” y su compra por los gobiernos vasco y español. “De esta forma -agregó-, sería perfectamente posible salvar unos 3.000 puestos de trabajo” en Ezkerraldea.

Varios representantes políticos participaron en la manifestación. Entre ellos, el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, quien apostó por “redoblar esfuerzos” desde los gobiernos central y vasco para “localizar un inversor de verdad” que permita que La Naval “se mantenga con garantía de calidad de empleo para sus trabajadores”. Pastor reconoció que el astillero vive actualmente “un momento crítico y se corre el riesgo de que la empresa desaparezca”. Por ello, hay que buscar “un inversor solvente que dé garantías de futuro a la empresa, no que venga a comprarla cuando esté liquidada”. “El compromiso del PSE es luchar hasta el último minuto para localizar un inversor y que después los gobiernos hagan la aportación de dinero público necesaria para lograr que el astillero sea viable”, finalizó.

El parlamentario de EH Bildu Iker Casanova, quien afirmó que el mantenimiento de La Naval es “imprescindible para el futuro de Euskal Herria, para Bizkaia y especialmente para la Ezkerraldea”, por lo que emplazó al Gobierno Vasco “a liderar el proceso de rescate público”. “Que no se escude en informes hechos ad hoc para escabullirse de sus responsabilidades”, añadió.

Minutos antes del inicio de la marcha, Casanova mostró su solidaridad con los trabajadores y con “su justa demanda”. Asimismo, consideró que, “como máximo responsable de la política industrial”, es al Gobierno Vasco a quien “corresponde liderar el proceso de rescate público” que pueda mantener abierto el astillero. “Nos encontramos en el momento más difícil de la historia de La Naval. La línea roja está muy cerca y puede ser cuestión de semanas o días que la plantilla vea que desaparecen sus puestos de trabajo”, advirtió.

También presente en la marcha, el secretario general de Podemos Euskadi, Lander Martínez, afirmó que parece que el PNV quiere “echar la persiana” a La Naval y el PSOE “cerrarlo con un candado”. Además, confió en que Iñigo Urkullu, “no pase a la historia como el lehendakari que dejó caer” al astillero de Sestao.

Martínez afirmó que la ciudadanía vasca está “indignada” por la actitud de unas “instituciones que no han hecho más que poner excusas para no aportar soluciones reales” a los problemas del astillero, lo que es una “cuestión de vergonzosa falta de voluntad política”.

La secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, reclamó por su parte “liderazgo institucional” al Gobierno vasco para salvar a La Naval con el objetivo de que siga “siendo un activo para Euskadi”.

Tras sostener que apoyar a los trabajadores de La Naval es “apoyar a la Margen Izquierda”, la dirigente popular reconoció estar “harta” de que la comarca sufra un proceso de destrucción industrial, mientras “la institución competente, responsable de la política industrial, solo lo palia con palabras”. - DNA