BILBAO - Terminar el último barco de la cartera de pedidos es una cuestión de vida o muerte para La Naval. El Gobierno Vasco y el comité de empresa del astillero coincidieron ayer en este aspecto al situar la negociación con el armador que encargó el buque en primer plano. Los más explícitos fueron los representantes de los trabajadores, quienes afirmaron que, si se cancela definitivamente la draga, a La Naval le queda “un mes o mes y medio” de vida. Con un tono menos grave la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, aseguró que es de “máximo interés” en estos momentos alcanzar un acuerdo para terminar la Vox Alexia. En ese caso, se ganaría tiempo para buscar una salida a la crisis más importante en la historia del astillero vizcaíno.

Tapia se reunió ayer en Bilbao con los sindicatos de La Naval. Con la puerta cerrada a un rescate por parte del Gobierno Vasco, en el encuentro solo se pudo constatar la gravedad de la situación tras la apertura del proceso de liquidación de la compañía. La última condición planteada por el armador para construir la draga en Sestao -la entrada de un inversor en el accionariado del astillero- ha precipitado los acontecimientos. Sin embargo, los trabajadores tienen más miedo a la cancelación del pedido que al proceso de liquidación, que consideran una fase más del concurso de acreedores. La construcción del barco está paralizada desde hace casi un año, desde el inicio del concurso de acreedores, y tras varios giros en la postura del armador, la plantilla no oculta su pesimismo y teme que Van Oord les esté “vacilando”.

Así se lo trasladó a la prensa Juanjo Llordén, secretario del comité de empresa, al término de la reunión con la consejera. A la hora de valorar la cita, Llordén dejó entrever la frustración que sienten los trabajadores, que perciben que el astillero está atrapado en un callejón sin salida. “Ha sido como todos los encuentros con Tapia, nos ha trasladado que nos entiende, pero la plantilla demanda soluciones”.

Evitar el cierre de La Naval pasa, a su juicio, por lograr que el armador firme un nuevo contrato para finalizar el barco y en esa línea Llordén afirmó que cree que la dirección va a hacer la próxima semana “el último intento” para “intentar presionar” al armador, porque “no hay tiempo”.

Los representantes de los trabajadores han solicitado también una reunión a Van Oord, pero no han logrado respuesta y crecen las sospechas sobre sus intenciones reales. En su opinión, el armador le “está vacilando un poco” a la empresa imponiendo una condición tras otra y en el caso de la última, la entrada de un inversor, es “muy difícil” que se materialicen en un mes, cuando no se ha logrado en todo el último año.

“[Van Oord] No quiere decir que no, pero quiere que le digamos nosotros que eso no se puede”, indicó Llordén. El secretario del comité indicó que no hacer la draga “significa la muerte del astillero”, que “no puede aguantar más” por la falta de tesorería, según les ha trasladado el administrador concursal. En todo caso, el portavoz sindical minimizó la importancia de la entrada de un nuevo accionista y reiteró que el Gobierno central, Lakua y el comité deben sumar fuerzas en una mesa de crisis que busque la “mejor solución” de cara a la “viabilidad y futuro” del astillero.

Arantxa Tapia, por su parte, destacó el hecho de que Van Oord no se haya “levantado de la mesa”. “Eso significa que sigue teniendo interés por continuar negociando y nosotros tenemos el máximo interés de -trabajando con todos los actores-, tratar de superar cada una de las dificultades y de los problemas que va poniendo Van Oord sobre la mesa. Nosotros tampoco nos vamos a levantar y el máximo interés es superar cada uno de esos obstáculos hasta conseguir llegar a ese contrato”, apuntó, en referencia a la necesidad de acabar la draga en Sestao.

El delegado del Gobierno español en Euskadi, Jesús Loza, que se reunió por la tarde con el comité indicó que “todos los esfuerzos deben ir orientados a terminar el buque Alexia y a asegurar que el posible inversor que pueda entrar en La Naval acredite un proyecto sólido, que garantice el futuro de la empresa y que se inserte en los planes estratégicos de reindustrialización de la zona”.