BILBAO - La lucha contra el cambio climático y la apuesta por las energías renovables que la misma lleva aparejada “crea oportunidades de negocio” señaló ayer el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, en el marco de la 73 Asamblea Anual de la ONU. En este sentido, Galán puso como ejemplo la evolución de Iberdrola, una compañía, afirmó, que “gracias a una estrategia alineada desde hace 20 años con la acción por el clima, que ha implicado inversiones de más de 100.000 millones de dólares (unos 85.000 millones de euros) en energías renovables, redes inteligentes y almacenamiento eficiente -centrales hidroeléctricas de bombeo- es hoy más limpia, rentable y global”.
El presidente de la empresa aseguró que “Iberdrola seguirá por esta senda en un futuro”, con inversiones de 8.000 millones de dólares al año en las mencionadas áreas de negocio, con el objetivo de “lograr en 2030 una reducción del 50% de su intensidad de emisiones de CO2 sobre los niveles de 2007 y ser neutra en carbono en 2050”.
En esta política hay que enmarcar los pasos que está dando la compañía vasca para desprenderse de sus activos de generación térmicos tradicionales para centrase en la generación por vía eólica y solar. De hecho, estos días se especula con la posibilidad de que venda instalaciones de energías no renovables en el Reino Unido de su filial Scottish Power.La intervención del dirigente de la eléctrica en Nueva York se ha producido al ser elegida la compañía vasca como la única empresa del sector energético del Estado español seleccionada como Global Compact LEAD, reconocimiento que le otorga el Pacto Mundial de Naciones Unidas por su elevado grado de compromiso con las prácticas empresariales más responsables.
El máximo responsable de Iberdrola ha participado en la cumbre UN Global Compact 2018, en la sede de las Naciones Unidas, que reúne a los líderes mundiales más destacados en la lucha contra el calentamiento global, coincidiendo con la Semana del Clima de Nueva York
Ignacio Galán resaltó en las Naciones Unidas que “tenemos la obligación moral de parar el cambio climático” en el mundo y, como consecuencia de ello, efectuó un llamamiento a “actuar ya”.