bilbao - Más de un trabajador muerto a la semana. Es la dramática media que deja la siniestralidad laboral en Euskadi desde el pasado 1 de agosto. Poco más de 40 días en los que han fallecido siete operarios en su puesto de trabajo, el último ayer al caerse un hombre de 46 años desde un cuarto piso en Ondarroa cuando realizaba labores de construcción. El verano eleva el número de accidentes mortales a 25 en lo que va de año -sin contar fallecimientos in itinere, es decir, en el trayecto de casa al trabajo-, muy por encima de los 19 registrados por Osalan entre enero y septiembre de 2017.

Un fuerte incremento que ha encendido las alarmas. Ayer los sindicatos pidieron a las instituciones un plan urgente para reducir la siniestralidad laboral, un problema que pese al elevado número de víctimas no siempre cuenta con la relevancia mediática y social que tienen otros asuntos. ELA pidió un “plan de choque urgente” al Gobierno Vasco, mientras que LAB calificó el cúmulo de accidentes mortales de “escándalo social” y una consecuencia de la “violencia de la patronal”. El propio director de Osalan, Alberto Alonso, valoró a finales de agosto de “horribles” los datos de siniestralidad del curso, destacando el incremento en el número de accidentes graves. La recuperación de la actividad en el sector industrial y en la construcción, en los que por lo general los trabajadores están más expuestos, ha traído de la mano un repunte de los accidentes en los últimos años. La segunda parte de este verano ha sido especialmente negativa desde que el 1 de agosto muriese un operario portugués en Legutio al ser golpeado por una pieza que colgaba de una grúa.

Desde entonces han perdido la vida tres trabajadores en Bizkaia -un transportista en Urduliz, otro trabajador golpeado por una pieza en una planta de reciclaje en Trapagaran y el fallecido ayer-, dos más en Álava -en dos día se concentraron dos siniestros mortales en Vitoria- y un arrantzale en Hondarribia.

En cuanto al siniestro de ayer ocurrido en Ondarroa, la víctima, de 46 años y empleado de la empresa Soraluze Obras Ibaro, cayó por causas que se investigan desde el balcón de un cuarto piso cuando subía al inmueble máquinas y material de obra para la rehabilitación del piso.

En total son siete accidentes mortales en mes y medio, que elevan a 25 el número de trabajadores fallecidos en la CAV en lo que va de año, incluyendo los sucesos no traumáticos pero no los que se producen en el trayecto al puesto de trabajo. Además, ELA denunció la muerte de un operario guipuzcoano el pasado día 3 cuando trabajaba para una empresa vasca en Alemania, también tras precipitarse desde una altura cuando colocaba paneles solares.