amurrio - Los efectos de la política proteccionista de Donald Trump empiezan a notarse en Euskadi, aunque no de manera generalizada. El grupo Tubos Reunidos se ha visto obligado a abrir de nuevo una negociación con la banca para refinanciar su deuda. La empresa firmó en mayo del año pasado un crédito de 207 millones de euros con el pool bancario que le apoya, pero el acuerdo se ha convertido en papel mojado debido a los aranceles que aplica Estados Unidos al acero.

La compañía alavesa vende casi la mitad de su producción al mercado norteamericano y ya no vale la línea de financiación sobre la que se asienta su actual plan industrial, que tenía como objetivo alcanzar un beneficio operativo de 45 millones en dos años. El escenario ha cambiado y es necesario adaptar la deuda a los nuevos tiempos. El grupo industrial informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de la aperura de la negociación con la banca.

Tubos Reunidos es una de las empresas vascas más expuestas a la primera economía del mundo y en julio ya anunció su intención de activar un nuevo expediente de regulación de empleo para 21 meses por los aranceles. La segunda medida afecta de lleno al área financiera, la estimación de ingresos no se cumplirá y no será posible atender los compromisos con los bancos. Lo más probable es que sea necesario cambiar el plan industrial y las previsiones de crecimiento del grupo.

Son los primeros impactos en Euskadi del proteccionismo de la administración Trump, pero los empresarios vascos descartan que las políticas de EEUU vayan a afectar “de forma generalizada” a las compañías vascas.

Sin entrar a valorar “un caso concreto”, fuentes de Confebask consultadas por DNA afirmaron que las dificultades que atraviesa Tubos Reunidos “no alteran el panorama general” de la economía vasca.

impacto reducido en euskadi En esa línea, la patronal vasca no ve motivos para modificar la previsión de crecimiento del PIB y del empleo en Euskadi. “Es posible que se produzca cierta desaceleración, pero en ningún caso un frenazo brusco”, afirman. No se descarta que las políticas de Trump “afecten a empresas concretas”, si bien no se percibe la posibilidad de que la economía vasca o sectores concretos se resientan en su conjunto.

Aunque existe cierta preocupación por el camino por el que avanza Donald Trump, tampoco se han detectado otros casos de compañías que se ven obligadas a cambiar el paso en respuesta a las decisiones que se toman en la Casa Blanca.

Así lo constata también Adolfo Rey, el gerente de la Federación vizcaína de Empresas del Metal (FVEM). “No tenemos la percepción de que el caso de Tubos Reunidos sea generalizado, aunque es cierto que no hay tantas empresas que tengan tanto peso en el mercado norteamericano”, explicó a este diario.

Rey añadió otra variable que puede permitir a las empresas vascas evitar el golpe proteccionista de Estados Unidos: la apuesta de la industria de la CAV por los productos de alto valor añadido. “No hay duda de que es necesario seguir reforzando los procesos de innovación y profundizar en la industria 4.0, no podemos competir en coste con otros países, y nuestra posición en el mercado nos protege ante este tipo de cuestiones”, indicó.

De forma paralela al proceso de negociación de la deuda, Tubos Reunidos tendrá que estar pendiente a la negociación que mantienen la Unión Europea y Estados Unidos para acabar con la guerra comercial que se desató precisamente con la imposición de aranceles al acero europeo. Jean-Claude Juncker y Donald Trump firmaron a finales de julio un compromiso para buscar una solución y, mientras tanto, no aplicar nuevas tarifas que encarezcan las exportaciones.

El objetivo es avanzar hacia los “aranceles cero”, pero no se ha aclarado si al final del proceso se levantará la penalización a los productos siderúrgicos de la UE. Además, todo apunta a que el proceso no será rápido, de modo que Tubos Reunidos ha tenido que actuar sin esperar a que se resuelva ese frente.

En esa línea, la compañía alavesa “trabaja” ya con sus entidades financieras de referencia para además de reestructurar su deuda -el crédito inicial concluía en 2022-, “reforzar los objetivos de crecimiento y mejora en la evolución operativa que el grupo siderúrgico ya está desarrollando”. El fabricante de tubos sin soldadura prevé cerrar este año con pérdidas.

212

Tubos Reunidos arrastra una deuda de 212 millones -datos de julio- por las inversiones que realizó en los últimos años. Ahora, la imposición del arancel del 25% al acero aumenta la incertidumbre, según reconoció en la última junta de accionistas el presidente de la firma, Guillermo Ulacia.

Los aranceles. Aunque Europa y Estados Unidos llegaron a finales de julio a un acuerdo para poner fin a la guerra comercial y no aplicar más aranceles, todavía no se ha concretado cómo afectará al arancel al acero.