vitoria - La economía vasca está creciendo más de lo esperado y las haciendas forales vascas también se están encontrando con más recursos de lo inicialmente previsto. De modo que, salvo sorpresa, Euskadi marcará el próximo mes de diciembre un nuevo récord de recaudación y tendrá un buen colchón para afrontar el próximo año la desaceleración del PIB.

Ya se están notando los primeros síntomas de la bajada de ritmo de la economía. Se trata de una situación habitual tras encadenar cinco cursos de incrementos y no hay motivo para la alarma. Sin embargo, si la maquinaria de la administración está bien alimentada, se podrá afrontar mejor el ciclo con vacas menos gordas que se inicia.

La recaudación acumulada entre enero y julio asciende a 8.383,5 millones de euros, lo que supone un 3,8% más que en el mismo periodo del año pasado. La meta fijada para el conjunto del año es de 14.391 millones, lo que supondría un crecimiento del 0,6%. El ritmo actual es mucho más alto, multiplica por seis la previsión, y no parece descabellado que se mantenga los próximos meses, mas bien todo lo contrario.

A estas alturas del ejercicio fiscal se puede hablar de tendencia. Ya se ha cerrado la campaña del IRPF y solo resta agosto para bajar la persiana de la del Impuesto de Sociedades. Estos dos tributos están creciendo por encima de las expectativas y, aunque el IVA está por debajo del nivel del año pasado, está menos rezagado que lo previsto.

dinamismo de la economía Esos tres impuestos miden la salud del empleo, de los beneficios de las empresas y del consumo de los ciudadanos: es el triángulo que refleja como un espejo la evolución de la economía. El PIB vasco está creciendo en estos momentos un 2,8%, tres décimas más que lo que se calculaba a finales del año pasado, cuando se fijaron las previsiones de recaudación.

Ese empuje extra se está trasladando a las arcas de las haciendas de la CAV, que ven al alcance de la mano el nuevo récord. Todo el dinamismo que se percibe está ligado a la evolución de la economía, ya que no hay ningún elemento -cambios normativos o entradas extraordinarias de dinero- que distorsione la comparación con el curso precedente.

Es más, en el récord de recaudación del año pasado tuvo mucho que ver el acuerdo para la actualización del Cupo con el Estado, que inyectó 600 millones adicionales al músculo financiero vasco. Esa circunstancia llevó a las diputaciones y el Gobierno a fijar para este curso unas previsiones muy cautelosas, que están a punto de convertirse en papel mojado.

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y el Impuesto sobre el Valor Añadido ya han superado los niveles previos a la crisis. En ambos casos, sobre todo en el IVA, han subido los tipos los últimos años. Además, la recuperación ha impulsado el número de personas que cobran una nómina. Hay más retenciones y también más dinero en circulación para el consumo. Por otra parte, en la última reforma aprobada en Euskadi se rebajó el tipo nominal del Impuesto de Sociedades, pero al mismo tiempo se redujeron las deducciones que disfrutan las empresas. De este modo, las haciendas forales consideran que entrará más dinero en el futuro a cuenta de los beneficios empresariales.

Con todo, el año pasado Euskadi ingresó en torno a 1.100 millones de euros en concepto de Sociedades, algo menos de la mitad que el récord histórico, fijado en 2007, justo antes de la crisis, con 2.034 millones.

Entre enero y julio las haciendas forales de la CAV han recaudado casi 839 millones procedentes de los beneficios empresariales, lo que supone un incremento superior al 15% y refleja la recuperación en la actividad y los resultados de las compañías vascas.

La campaña de Sociedades se cierra en agosto, un mes en el que se contabilizan en torno a un tercio de los ingresos por este tributo. De momento, la recaudación empresarial está creciendo tres veces más de lo inicialmente calculado y todo apunta a que se cerrará el año por encima del objetivo.

La mayor parte del dinero que entra en Hacienda proviene del IVA. El impuesto que grava el consumo aportó a las arcas públicas vascas algo más de 6.000 millones de euros, la mayor cifra jamás recaudada en Euskadi por este concepto.

Aunque hasta julio se ha producido un retroceso de cerca del 2%, la previsión del Consejo de Finanzas señalaba un retroceso del 5%. Así que la situación actual no es tan negativa como se intuía y de seguir así el IVA también colaborará en el nuevo récord de ingresos.

previsiones conservadoras La fotografía general de la fiscalidad vasca se completa con el otro gran pilar de la recaudación, el IRPF. Las rentas del trabajo han soportado los últimos años el balance tributario de las haciendas forales y están manteniendo el tipo con un crecimiento de casi el 8% en lo que va de año.

Hay cada vez más personas trabajando y las retenciones en sus salarios aumentan en consonancia. La estimación inicial es de un incremento anual del 1,6%. La evolución general del año será previsiblemente mejor de lo previsto y, en ese caso, se alcanzará una nueva marca histórica de recaudación. De hecho, la previsión inicial para 2018, fijada en octubre del año pasado en el Consejo de Finanzas, se quedó vieja ya en diciembre cuando las haciendas vascas constataron que se habían elevado por encima del listón fijado para 2017.

Durante la crisis se ha impuesto la consigna de fijar estimaciones conservadoras de ingresos para evitar que se descuadren los Presupuestos y el año pasado no fue una excepción. Si se mantiene el ritmo actual de casi un 4%, las tres haciendas forales de la CAV recaudarán este año algo más de 15.000 millones de euros. Se registrarían en ese caso unos ingresos extraordinarios de cerca de 500 millones, a repartir entre el conjunto del entramado institucional vasco. El 70% de ese dinero iría a para a la caja del Gobierno vasco, la que sostiene principalmente el Estado del Bienestar. Pero el resto se trasladaría a través de las arterias del sistema foral a todas las administraciones de Euskadi.