berlín - El fabricante automovilístico alemán Daimler ha llamado a talleres a cerca de un millón de vehículos en toda Europa por estar equipados supuestamente con un sistema para manipular las emisiones de gases contaminantes y que afecta a prácticamente todas sus clases y tipos, entre ellos las furgonetas que se ensamblan en Mercedes Benz Vitoria, según publicó ayer la revista alemana Der Spiegel.

Así se desprende de una lista de la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania a la que ha tenido acceso el semanario y en la que figura un total de 24 modelos -algunos de los cuales siguen todavía a la venta- para los cuales este organismo ordenó a finales del mes pasado una revisión.

Se trata, entre otros, del modelo diésel más pequeño con motor Renault de la clase C y del C300 Hybrid con motor Mercedes; de diversos modelos de la clase E -algunos de ellos de la serie actual- o de las variantes comercializadas como particularmente ecológicas con motor híbrido en la lujosa clase S, indica la publicación.

La vito de gasteiz En la clase G se han visto afectados varios vehículos todoterreno como el ML, el GLE y el GLC, así como el coupé deportivo CLS y el convertible SLK. En el segmento de transporte, en el que está la fábrica de Gasteiz, Daimler ha llamado a talleres las furgonetas Vito, la clase V y el sprinter.

En total, siempre según Der Spiegel, Daimler ha llamado a revisión 280.000 vehículos en Alemania y otros 700.000 en el resto de Europa.

Un portavoz de Daimler confirmó que se trata de los modelos enumerados por el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, durante las conversaciones mantenidas en el Ministerio alemán de Transporte. Agregó que Daimler interpondrá una reclamación porque considera que no ha cometido ninguna irregularidad, pero que al mismo tiempo desarrollará actualizaciones del software e informará a los clientes tan pronto como estén aprobadas. Esta llamada a talleres de los coches de Daimler, surge en medio del debate abierto por las administraciones públicas para reducir el uso del diésel en las carreteras. - Efe