fráncfort - La policía alemana detuvo ayer temporalmente al presidente del fabricante automovilístico de gama alta Audi, Rupert Stadler, porque existe peligro de que entorpezca la acción judicial en las investigaciones por la manipulación de las emisiones de gases. La matriz Volkswagen precisó que la detención de Stadler, que será sustituido de forma interina, es temporal y que se mantiene su presunción de inocencia. Se trata de la primera detención de un presidente de las compañías que forman el grupo Volkswagen.

Stadler será sustituido de forma interina por Bram Schot, que ha sido desde hace menos de un año director de Ventas de Audi. La Fiscalía de Múnich, encargada del caso Audi, ordenó la prisión preventiva porque considera que existe peligro de que Stadler entorpezca la acción judicial e intente influir en las declaraciones de algunos testigos.

Hace una semana, los agentes policiales registraron la vivienda de Stadler, que es desde hace once años presidente de Audi, y de otro miembro del comité ejecutivo de la compañía alemana, y se incautaron de pruebas. Ambos están acusados de engaño y falsedad de declaración indirecta en la venta en el mercado europeo de vehículos diésel equipados con un software para manipular las emisiones de gases contaminantes y nocivos.

La Fiscalía sospecha que Audi, compañía donde hay 20 personas acusadas y cuya sede se encuentra en la ciudad de Ingolstadt, en el sur de Alemania, vendió en EEUU y Europa a partir de 2009 unos 220.000 vehículos equipados con ese software. Las investigaciones contra Audi, donde la policía llevó a cabo redadas en su sede central y en la fábrica de Neckarsulm en 2017 y este año, son también por publicidad engañosa. Se sospecha que Stadler tenía conocimiento de la manipulación en Europa, después de que saliera a la luz en EEUU, pero no ordenó que se interrumpieran las ventas. También está acusado y estuvo en prisión preventiva un antiguo directivo del desarrollo de motores en Audi y director de Desarrollo en Porsche.

La Fiscalía de Braunschweig, encargada del caso Volkswagen, impuso la semana pasada una multa de 1.000 millones de euros por la manipulación de las emisiones de gases en motores diésel al grupo Volkswagen, que la ha aceptado y que no recurrirá. De este modo, concluye el proceso para Volkswagen, que esperaba la semana pasada que esta multa tuviera “efectos positivos notables” sobre otros procesos que el grupo y sus filiales tienen en otros países de Europa.

La Justicia alemana considera probado que desde mediados de 2007 y hasta 2015 se produjeron incumplimientos de verificación que permitieron que Volkswagen equipara 10,7 millones de vehículos con motor diésel con una función de software ilegal, que se vendieran y que entraran en circulación. - Efe