bilbao - ¿Se ha acostumbrado ya a su nueva vida en Madrid?
-Es una buena ciudad para vivir, más agradable de lo que parece y con muchas opciones culturales si tienes ratillos libres. Sí es verdad que echas de menos la cercanía de las relaciones personales que hay en Euskadi. Allí a la sede de CCOO normalmente no entran trabajadores porque las oficinas de atención a la gente no están en la sede central como pasa en Bilbao. Echo de menos no encontrarme en el baño o en el ascensor con un currela que te cuenta su problema.
Pero aun así mantendrá el contacto con los trabajadores...
-Hombre sí, al final vives igual. En un piso normal, con gente normal, en bares normales. En un año me he hecho cien asambleas con gente que está en las fábricas, en los tajos. Mantienes ese vínculo.
¿Ya tiene ratos libres para explorar Madrid?
-Muy pocos. El otro día me quedé a dormir en Madrid un fin de semana y me enteré al día siguiente de que habían tocado la noche anterior Fito y Doctor Deseo. Hubiese ido a alguno de los dos pero no me enteré a tiempo. - A.L.