el mundo, y también Euskadi y Álava, caminan hacia una nueva sociedad en la que la empresa estará cada vez más digitalizada y en la que la formación y la capacidad de adaptarse a los constantes cambios marcarán la diferencia. Juanjo Álvarez, catedrático de Derecho Internacional de la UPV; Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco; y Guillermo Dorronsoro, decano de Deusto Business School, analizaron ayer en la asamblea general de SEA Empresas Alavesas el papel que en ese sentido jugarán los trabajadores como principal capital de las empresas.

Así, Dorronsoro apuntó a la necesidad de implementar “un sistema educativo puntero” que permita hacer el país atractivo para las personas más cualificadas. “Tenemos que poner el listón alto”, señaló el decano de Deusto Business School, que considera necesario además “generar un polo de atracción demográfica” habida cuenta del alarmante envejecimiento de la población vasca.

Por su parte, Álvarez apostó por dar un paso más y conseguir que todo el talento que llega a Euskadi “se quede, que su presencia no sea solo una transición”, pues “el talento de las personas es el único motor que no se gripa nunca”. A su juicio, es preciso además ir más allá de la mera formación para que las generaciones futuras aprendan a ser versátiles sin llegar por ello a “mercantilizar la Universidad”.

Por último, Arévalo incidió en la misma línea y advirtió de que “estar bien formado no implica estar bien preparado”, en un mundo que “en diez o quince años” verá desaparecer muchos puestos de trabajo mientras surgen otros nuevos.