BILBAO - La ruptura de la mesa de diálogo social en el País Vasco con la marcha de los dos únicos sindicatos que apostaban por la misma, CCOO de Euskadi y UGT, que criticaron al Gobierno Vasco por ningunearles en el acuerdo alcanzado por el Ejecutivo con Confebask en materia de empleo, ha levantado ampollas entre los socios del Ejecutivo, PNV y PSE, hasta el punto que ayer el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, no dudó en asumir en primera persona el “error” de no “haber compartido” con agentes sociales y sindicatos “de manera suficiente” el acuerdo firmado entre el Gobierno Vasco y Confebask en materia de empleo.

Dicho acuerdo levantó encendidas críticas en las organizaciones sindicales CCOO y UGT que, al menos en privado, no han dudado en preguntarse que para qué sirve estar en una mesa de diálogo social en la que temas que atañen a todos los agentes sociales como el empleo se negocian fuera de ella. Algo que, además, reafirma la postura del sindicato ELA, que no ha dudado en destacar que tenía razón al negarse a acudir a un foro sin contenido real.

En todo caso, Iñigo Urkullu, hizo ayer un ejercicio de responsabilidad al reconocer el “error” cometido durante el pleno de control de Gasteiz, en su respuesta a una pregunta del parlamentario de EH Bildu Iker Casanova, quien censuró que, en su opinión, el Gobierno Vasco había dejado la orientación de las principales políticas públicas en manos de la organización empresarial vasca Confebask, especialmente la política de empleo. Casanova afirmó que ese hecho ha provocado que se haya roto el diálogo social en el País Vasco y que los sindicatos estén “enfadados”.

El lehendakari negó totalmente las tesis del diputado de EH Bildu y dejó claro que es el Gobierno Vasco quien decide sus políticas públicas, no la patronal vasca ni ningún otro agente social, pero reconoció “personalmente” el “error” de no haber compartido el acuerdo, suscrito entre el Ejecutivo y Confebask al margen de la mesa de diálogo social, “de manera suficiente” con los agentes sindicales.

Iñigo Urkullu aclaró que su postura siempre ha sido y es favorable al diálogo. “Yo abogo por la existencia de una mesa de diálogo tripartito, llamada de diálogo social”, resaltó tras asegurar que no hay ninguna “divergencia” respecto al compromiso del Gobierno Vasco con ese foro.

El lehendakari reiteró su voluntad de remitir el acuerdo suscrito con Confebask a dicha mesa e insistió en que el pacto está “abierto” con el objetivo de crear más y mejor empleo en Euskadi.

Urkullu señaló que no se puede perder de vista que el acuerdo firmado con Confebask responde a la necesidad de las empresas vascas de cubrir unos 100.000 empleos entre 2018 y 2020 y que ese es el reto importante, que no quede ningún puesto de trabajo sin cubrir.

Casanova reprochó a Urkullu que su Gobierno se “alinee siempre” de “forma incondicional” a favor de Confebask, y que independientemente de lo que la patronal diga nunca exista un reproche por parte del Ejecutivo.

Críticas sindicales El secretario general de ELA, Txiki Muñoz , reiteró ayer que la Mesa de Diálogo Social “no ha servido nunca para absolutamente nada” porque “todo se trajina” de forma bilateral entre el Gobierno Vasco y Confebask.

Para el dirigente sindical el neoliberalismo “ha matado el diálogo social” y que en los siete años de la “mal llamada” mesa de diálogo social en Euskadi, UGT y CCOO no pueden poner “ni un solo logro” conseguido en ese foro tripartito.

Por su parte, desde CCOO y UGT-Euskadi reiteraron que no volverán a sentarse la mesa de diálogo social sin la retirada del acuerdo sobre empleo alcanzado entre el Gobierno vasco y la patronal vasca Confebask.- DNA