madrid - Caer en las filas del paro es un billete directo para la pobreza en el Estado español porque el apoyo a los desempleados es claramente insuficiente, al igual que la formación, en especial en las nuevas tecnologías digitales, lo que no permite actividades de mayor valor añadido. Al menos esto se desprende de un informe de la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en el que se considera que España debería intensificar el apoyo a los trabajadores desempleados y reducir las subvenciones a la contratación laboral.

Más ayudas al desempleo, principalmente destinadas a mejorar la formación profesional para facilitar la empleabilidad de las personas, y menos subvenciones a la contratación forman parte de la receta de reformas que propone la OCDE al Gobierno español para poder contribuir a generar más empleo y reducir el diferencial existente entre la oferta y la demanda de competencias en el mercado laboral.

Las anteriores son parte de las conclusiones recogidas en el informe Getting Skills Right: Spain, elaborado por la citada organización con sede en la capital francesa de París, documento en el que se resalta que España, tal y como denuncian las organizaciones empresariales, se enfrenta a la escasez de competencias básicas relacionadas con el razonamiento matemático y la comprensión lectora, así como de competencias y habilidades cognitivas superiores, incluso entre los graduados de nivel universitario, según Efe.

Un aspecto peculiar del mercado laboral español es que existe gente muy formada, mucho titulado universitario, realizando trabajos que precisan una cualificación muy inferior. De hecho, según la OCDE, la sobrecualificación es elevada y por encima de la media europea ya que un 22% de los trabajadores del Estado español tiene una cualificación superior a la que requieren sus puestos de trabajo, por encima de la media europea del 15%

Soluciones La OCDE a la vista de estos desequilibrios propone como solución para reducirlos, una apuesta por una reforma educativa que impulse la formación profesional y su conexión con el mundo de la empresa, de manera que la oferta educativa y formativa se ajuste a la demanda del mercado laboral, algo que en Euskadi se está intentando hacer, entre otras actuaciones, a través de la potenciación de la FP Dual.

Además, el organismo dice que pese al persistente desempleo que hay en España, el país gasta “relativamente poco” en formación y asistencia en la búsqueda de empleo para desempleados. En este sentido, la OCDE aboga por reducir las ayudas a la contratación “que pueden generar efectos de sustitución importantes si no están bien dirigidas” y utilizar esos recursos para aumentar las competencias de los demandantes de empleo

La tasa de pobreza de los desempleados en España supera por menos de un punto la media de la Unión Europea, del 48,7%. Al cierre de 2017 había 3,8 millones de parados, según la EPA. Del conjunto de desempleados, solo algo más de la mitad, el 58,6%, cobraba algún tipo de prestación. Esta tasa de cobertura del sistema de desempleo ha ido cayendo en los últimos años.

Informática. El 23% de los adultos del Estado español carece de los conocimientos básicos sobre las tecnologías de la comunicación y la información (TIC), frente al 15% de media en la OCDE. Debido al bajo nivel de habilidades básicas, la tasa de empleo entre los graduados en educación superior es del 68,7%, muy lejos de la media de la UE que es del 81,9%, según la OCDE.

Industria. La débil demanda de empleados de elevada cualificación en la industria se puede explicar en parte porque sólo el 7,1% de las exportaciones industriales de España son de alta tecnología, una dato muy inferior al que presentan el resto de países desarrollados.