bilbao - La patronal española que había impugnado el acuerdo interprofesional vasco ha dado un paso atrás y ha aceptado retirar la denuncia. En una reunión con ELA, la empresa Eurest se comprometió ayer en nombre de la asociación de restauración Feadrs a abortar el proceso judicial y a renunciar a la aplicación del convenio estatal, lo que a su vez se traduciría en la anulación de los paros convocados por este sindicato contra la impugnación. La negociación colectiva vasca coge así algo de aire al desaparecer la amenaza contra el histórico blindaje de enero de 2017 respaldado por el conjunto de instituciones y agentes sociales de la CAV.

La patronal Feadrs ha mantenido una larga batalla por aplicar la regulación estatal en los comedores de centros escolares y sanitarios privados de Euskadi, las llamadas colectividades. Ante la oposición sindical, la asociación empresarial optó por la vía judicial para tumbar el acuerdo interprofesional que da prioridad a los convenios vascos y que ejerce de dique de contención frente al marco estatal.

En realidad, según ELA, son solo cuatro las compañías de catering que se resisten a reconocer los convenios vascos de hostelería, aunque con un alto grado de implantación en estos comedores: Eurest, Sodexo, Serunion y Aramark. La primera de ellas, mayoritaria en Bizkaia, celebró ayer una reunión con ELA en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) en la que se comprometió, en un acuerdo por escrito, a hacer que Feadrs retire la demanda e inicie un periodo de conversaciones en las colectividades vascas para “buscar soluciones a la situación actual”.

Eurest acepta aplicar a sus trabajadores de Bizkaia las condiciones del convenio de hostelería de este territorio, como piden los sindicatos vascos. En cuanto a Serunion, Sodexo y Aramark, que como Eurest figuran entre la docena de sociedades adscritas a Feadrs, es de esperar que hagan lo propio. De hecho, el presidente de Feadrs, Antonio Llorens, es también el máximo responsable de Serunion. Incluso queda la puerta abierta a la negociación de un convenio específico para las colectividades de la CAV.

A cambio, y siempre que se haga efectiva la retirada de la demanda y la anulación del juicio previsto para el día 24, ELA desconvocará los paros organizados para esa jornada. El conflicto de las colectividades “no está arreglado, pero sí se ponen los cimientos para que se resuelva favorablemente”, explicó ayer Pello Igeregi, de ELA, que destacó que tanto las movilizaciones programadas en el sector como la presión de partidos e instituciones han servido para que la patronal de restauración dé marcha atrás.

El marco laboral de la CAV salva de esta manera y sin necesidad de juicio un acuerdo interprofesional de gran importancia para la supervivencia de los convenios sectoriales, como se había advertido desde el ámbito institucional y político vasco y en lo que coinciden los principales agentes sociales. Ayer Confebask hizo una valoración positiva del movimiento de Feadrs, mientras que la consejera de Trabajo, María Jesús San José, mostró también su “satisfacción y alegría” por la retirada de la denuncia.

“ELA mercadea” Pese a la valoración positiva de la retirada de la denuncia, tanto LAB como CCOO se mostraron críticos con la actuación de ELA. El primero advirtió de que “sigue sin haber un acuerdo efectivo” contra el convenio estatal en Eurest, mientras Comisiones acusó al sindicato mayoritario de “mercadear” con los trabajadores de colectividades “a cambio de un convenio de empresa”.