BILBAO. Galán vaticinó para este año unas condiciones "normalizadas" en los mercados en los que está presente el grupo, después de un 2017 en el que los resultados de la compañía se vieron impactados por, entre otros factores, el pobre comportamiento de la generación en el Estado por el fuerte impacto de la sequía y la evolución de los tipos de cambio del dólar y la libra.
Así, el presidente de Iberdrola se mostró "optimista" respecto a la evolución del resultado de la compañía para 2018 y auguró un crecimiento del Ebitda de en torno a un 20%, hasta superar los 9.000 millones de euros, y unas ganancias de casi 3.000 millones de euros, con una mejora del beneficio de cerca del 7% con respecto a los 2.804 millones de euros de 2017.
MEJORA DEL DIVIDENDO
Con este crecimiento del beneficio, Galán adelantó que espera "que el dividendo siga mejorando" este año y abrió así la puerta a una importante mejora en la retribución a sus accionistas para este ejercicio.
En su plan estratégico 2018-2022, la energética marca un crecimiento de la retribución a su accionista en línea con los resultados, con un 'pay out' de entre el 65% y 75%, con un objetivo de dividendo al final del periodo de en torno a los 0,4 euros por acción.
En lo que respecta a 2017, el grupo sometió a sus accionistas un incremento del 4% de su retribución, hasta los 0,323 euros brutos por acción, lo que supone un reparto total de más de 2.000 millones de euros como dividendo.
PLAN ESTRATÉGICO
Asimismo, Galán destacó las fortalezas de su nueva 'hoja de ruta', aprobada el pasado mes de febrero, para mantener esta política de dividendo en línea con el crecimiento de los resultados, lo que llevará a esos 0,4 euros en 2022, con un reparto total "de 2.500 millones de euros entre todos ustedes", dijo a los accionistas.
"De esta manera, los dividendos correspondientes al período 2018-2022 se elevarán hasta cerca de 12.000 millones de euros, frente a los 9.000 millones de los cinco años anteriores" añadió Galán al respecto.
En los próximos cinco años, Iberdrola prevé invertir 32.000 millones de euros en sus mercados principales: Estados Unidos, Reino Unido, Europa Continental, México y Brasil.
La mitad de este importe total irá destinada a redes de distribución y transporte, y un 37% a energías renovables (eólica, fotovoltaica e hidroeléctrica).
Gracias a estas inversiones, Galán destacó que la base de activos regulados del grupo alcanzará al final del período los 40.000 millones de euros, casi un 40% más; mientras que la potencia instalada en energía renovable aumentará un 24%, hasta los 36.000 megavatios (MW); y la capacidad de almacenamiento se incrementará en un 25%, hasta los 100.000 MWh.
"Todo ello, junto con las mejoras de eficiencia previstas, nos permitirá no solo lograr los objetivos que teníamos fijados para 2020, sino también alcanzar en 2022 un Ebitda cercano a los 12.000 millones de euros y un beneficio neto alrededor de un 30% superior al del pasado ejercicio", subrayó.
REFERENTE EN LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMATICO
Por otra parte, Galán afirmó que el sector energético continuará en los próximos años "su proceso de transformación", marcado por "la demanda de la sociedad de acelerar la reducción de emisiones contaminantes, ante la evidencia de su impacto no solo en el medioambiente sino también en la salud".
Así, auguró que esta descarbonización llevará a una mayor electrificación de la economía, que supondrá un aumento del 60% en el consumo de electricidad en los próximos 20 años, para lo que será necesario el desarrollo de más fuentes de generación renovable y más infraestructuras de red, "siendo necesarias inversiones de 20 billones de euros hasta el año 2040".
"Estas tendencias vienen a constatar el acierto de nuestro modelo de negocio, que llevamos desarrollando durante las últimas dos décadas", señaló Galán, quien apuntó que Iberdrola es hoy un "referente a nivel global en la lucha contra el cambio climático". "Un empeño que no constituye un imperativo moral, sino que también ha sido, y sigue siendo, una oportunidad de negocio", añadió.