bilbao - Los trabajadores de Edesa Industrial recordaron ayer que cualquier opción de mantener la producción de electrodomésticos pasa por lograr que Fagor Sociedad Cooperativa, la parte de Fagor que se mantiene dentro de la Cooperativa Mondragon, vuelva a ceder el uso de la marca. En ese sentido, la plantilla recordó a Mondragon el pasado de Edesa Industrial y consideró que “tiene una responsabilidad con los trabajadores” por lo que debería ceder la marca Fagor “a proyectos industriales que generan empleo y riqueza en Euskal Herria”.
Los trabajadores de Edesa, que comparecieron ayer en Mondragon para censurar la actitud de la catalana CNA por “abandonar el proyecto industrial”, consideran que la Corporación Mondragon tiene una responsabilidad adquirida respecto a los trabajadores de Edesa y Fagor, tanto socios como asalariados. “Exigimos que colaboren en promover que se pueden materializar nuevos proyectos y en su caso la recolocación de los trabajadores que pudieran quedarse sin empleo”, pidieron los trabajadores que aun quedan en activo en Edesa Industrial, que quedarán en el paro las próximas semanas.
Los trabajadores se concentraron ayer ante la sede de la Corporación Mondragon y continuarán con sus movilizaciones el próximo miércoles, coincidiendo con el fin del periodo de consultas del Expediente de Regulación, cuando se concentrarán en la planta de Garagar-tza, en Arrasate.
La cuestión del uso de las marcas es crucial. Como ocurrió en el caso de la polaca Amica, los inversores que han tocado la puerta de Edesa, piden, según el comité, poder fabricar bajo la conocida marca Fagor. En estos momentos la cuestión está judicializada después de que Fagor Sociedad Cooperativa rompiera los acuerdos de cesión de la marca con Edesa Industrial, lo que dificulta aun más la entrada de un inversor de garantías. Por otro lado, la marca Edesa ha sido traspasada a una filial asiática del grupo CNA, si bien los trabajadores de Edesa Industrial han solicitado al juez concursal que impida el movimiento y reintegre la marca a los activos de la empresa vasca que ahora se encuentra en concurso de acreedores.
Pese a todas las dificultades los trabajadores creen que la cuestión de las marcas se podría superar siempre que aparezca un inversor dispuesto a reflotar la actividad industrial. Por ello, piden también “el amparo y la implicación” de las instituciones como Gobierno Vasco y diputaciones forales para que “faciliten y ayuden en cualquier proyecto que mantenga la actividad industrial y genere puestos de trabajo”.
Cualquier solución, con todo, pasa según los trabajadores por salir del grupo CNA y por iniciar una nueva andadura de la mano de un grupo dispuesto a anclar a Euskadi la fabricación de electrodomésticos. - DNA