vitoria - Gobierno Vasco, Confebask y los sindicatos LAB, CCOO y UGT celebraron ayer la primera reunión para explorar medidas que reduzcan las diferencias salariales entre mujeres y hombres. Fue un primer encuentro enfocado a testar las voluntades de una y otra parte más que a avanzar en fórmulas concretas. Las relaciones laborales de Euskadi están presididas siempre por un clima de desconfianza que obliga a caminar con paso corto, por lo que el hecho de que haya una nueva cita el 12 de marzo ya es un síntoma de cierta sintonía. LAB ni aseguró ni descartó su presencia ese día. El lehendakari, Iñigo Urkullu, lanzó ayer a ELA, principal socio de LAB, un mensaje claro. “A quienes han decidido no acudir sólo les pedimos que no entorpezcan el trabajo”, dijo el lehendakari.

La advertencia tiene un sentido a largo plazo en relación al papel que puede jugar ELA en las empresas a la hora de aplicar las medidas que se acuerden en la mesa, y otro más inmediato que tiene que ver con la continuidad de LAB en la ronda de reuniones. El sindicato de la izquierda aber-tzale es la segunda central en la CAV por número de delegados y, como ocurre en muchos sectores, es la llave que puede dar a un acuerdo el carácter de mayoritario.

Todas las partes, y en especial el Gobierno Vasco, son conscientes de que la presencia de LAB ayer abre una oportunidad para implicar a una mayoría sindical en procesos de concertación social en Euskadi. La cuestión de la brecha salarial está muy ligada además a la negociación colectiva. Incluso ELA observa con atención desde fuera cómo se desarrolla la mesa contra la brecha salarial después de haber propuesto a LAB hacer una oposición conjunta a dicho foro y recibir una negativa. Los dos grandes sindicatos abertzales han coincidido en sus últimos congresos en la necesidad de reforzar su alianza, pero una vez más quedan al descubierto diferencias.

Los movimientos de ELA inciden en los de LAB y viceversa, dinámica en la que hay que insertar el llamamiento del lehendakari al sindicato mayoritario a no “entorpecer” el diálogo abierto por la igualdad salarial. A Confebask, CCOO, UGT y LAB les pidió “compromiso” para buscar soluciones a la brecha salarial y responder así al mandato lanzado por consenso por el Parlamento Vasco.

datos de empresas Con todo, parece difícil que LAB llegue hasta el final en esta ronda de contactos. Ayer el sindicato y la patronal vasca chocaron en distintas cuestiones de concepto sobre la desigualdad de género. Su responsable, Arantza Vázquez, lamentó que de partida Confebask “dejó claro que la brecha salarial no es discriminación”, lo que no augura nada positivo. LAB ha pedido a las asociaciones empresariales una radiografía detallada de las plantillas para saber cuál es la situación real de los salarios de las mujeres en Euskadi. Si las patronales aportan la información y muestran “disposición” a mejorar las condiciones de las mujeres, LAB acudirá a la reunión del día 12, a la que se ha invitado también a Emakunde. De lo contrario, se descolgarán del ciclo negociador.

Respecto a la petición de información en las empresas, Jon Bilbao, de Confebask, no aclaró si dará los datos que pide LAB, aunque valoró positivamente la reunión y mostró el interés de la patronal en atajar la desigualdad salarial para evitar elementos que distorsionen la competitividad. Emakunde fija en 7.551 euros lo que cobran de menos las mujeres de Euskadi al cabo del año.

UGT y CCOO, por su parte, pidieron medidas concretas para mejorar los salarios de las mujeres y recordaron que cualquier plan con alcance en las pymes pasa por renovar los convenios de sector. “Ya estamos cansados de abrir mesas, foros, en los que, al final, no se concreta nada”, criticó Maribel Ballesteros, de UGT. En la misma sede del CRL, la patronal y los cuatro sindicatos vascos firmaron hace un año un acuerdo para blindar los convenios vascos que no se ha traducido en un cambio real en la situación de la negociación colectiva.

En cuanto a ELA, Adolfo Txiki Muñoz volvió a mostrar su disposición a trasladar al Gobierno Vasco propuestas contra la brecha salarial, pero sin “teatralizaciones políticas”. “Los problemas de la mujer no se solucionan en mesas que buscan la apariencia y la foto”, dijo Muñoz.