gasteiz - Las administraciones vascas certificarán el próximo martes que, pese a su apariencia, la vaca de la recaudación no dará tanta leche como se intuía tras el récord de ingresos que se cosechó el año pasado. Sobre el papel, el Gobierno vasco recibirá 729 millones de euros más de lo inicialmente estaba previsto. Pero lo cierto es que el Consejo Vasco de Finanzas, el foro en el que el Ejecutivo y las diputaciones, pactan la intensidad con la que se abre el grifo del gasto en Euskadi, tendrán que conformarse con constatar que esa lluvia de millones ya está prácticamente gastada o consignada a cuestiones que técnicamente no tendrán incidencia directa en los ciudadanos.
El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, enumeró el destino de ese excedente el lunes pasado durante una conferencia organizada por Forum Europa Tribuna Euskadi. Y quien tuvo la agilidad y rapidez mental necesaria para ordenar cada sumando con su signo y realizar la cuenta pudo comprobar que el resultado final está muy próximo a cero.
La exigente y rígida regla de gasto que impone Bruselas obliga al Gobierno vasco a anteponer la reducción de la deuda a cualquier otro objetivo. De este modo, las operaciones financieras -amortizaciones y remanente- se llevan sin comerlo ni beberlo 434 millones de euros. Una cantidad con la que se podrían construir seis museos Guggenheim.
Es una cifra que pone a Euskadi frente al reflejo de los efectos de la crisis, que ha dejado una huella en los Presupuestos vascos que no empezará a disminuir con intensidad hasta 2020. Con todo, adelantar amortizaciones del endeudamiento público contraido con anterioridad allanará el camino y, previsiblemente, permitirá no agotar todo el margen de deuda -1.377 millones- de este año.
De forma que indirectamente incidirá en las políticas de gasto aflojando en alguna medida el corsé de la consolidación fiscal, el viaje lleno de estrecheces que conduce al déficit cero. Además, todo apunta a que el excedente de recaudación del año pasado permitió rebajar la factura de la deuda realizando ya en 2017 menos emisiones de lo inicialmente previsto. Los últimos datos hechos públicos invitan al optimismo, porque a finales de noviembre solo se había contraido deuda por valor de 746,6 millones, casi la mitad de lo inicialmente previsto.
Según los datos de ejecución presupuestaria, el Gobierno vasco podría haber hecho efectivo en diciembre un crédito del Banco Europeo de inversiones, por valor de 200 millones, lo que elevaría el endeudamiento del año pasado hasta los 946 millones y se produciría por tanto un ahorro de 425 millones respecto a las cantidades consignadas en las Cuentas Públicas.
Una vez restada la partida de operaciones financieras, en la caja de los excedentes del Gobierno deberían quedar 231 millones. Sin embargo, salvo algo más de 50 millones, ese dinero ya se ha gastado. En su caso, eso sí, en cuestiones más tangibles y que en su mayoría afectan a los ciudadanos.
gastos anticipados Cuando se tuvo la certeza en octubre de que la recaudación fiscal iba a ser mejor de lo que se había calculado, el Ejecutivo vasco repartió entre los ayuntamientos 91 millones. Se trataba de compensar a los municipios, que, cuando los ingresos no cumplieron las expectativas, tuvieron que devolver parte del dinero que habían recibido para sus presupuestos.
También se inyectó antes de fin de año 10 millones en el fondo de ajuste, el mecanismo con el que se contrarrestan los desequilibrios de ingresos de las diputaciones, que financian al Gobierno vasco en función de su tamaño. Otra de las actuaciones acometidas el año pasado con cargo a este ejercicio fue el abono a los funcionarios del cuarto de paga extra suprimida por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en 2012. Se destinaron 44 millones a esa cuestión, con lo que el excedente bajaría hasta los 161 millones.
De ellos, 106 millones ya han sido invertidos en la compra de unidades de tren, en equipamientos para los hospitales de Urduliz, Eibar y Txagorritxu y en varias operaciones en el ámbito educativo. Otras partidas han servido para apoyar la implantación del autobús eléctico en Gasteiz, reforzar la tesorería de la sociedad pública que gestiona los alquileres de VPO o ampliar el fondo social del Instituto Vasco de Finanzas. Capítulos que junto a otros han limado poco a poco casi todo el excedente.