BILBAO- El proyecto de enlace eléctrico con Francia a través del Golfo de Bizkaia permitirá alcanzar una capacidad de interconexión de 5.000 megavatios frente a los 2.800 actuales, según destacan los responsables del proyecto, a cargo de INELFE, empresa mixta creada entre Red Eléctrica de España y su homólogo francés. Una autopista de 1.750 millones de euros hacia el mercado europeo que reducirá los costes de generación y optimizará el sistema energético, según destaca el delegado de Red Eléctrica en Euskadi, Antonio González Urquijo (Bilbao, 1973).
¿Qué beneficio aportará este proyecto a la industria vasca?
-Es fundamental. Tener una capacidad de interconexión insuficiente con Europa genera dos problemas: inseguridad y precio. Inseguridad porque si hay un problema interno no hay a quien recurrir. Lo que interesa es tener un mayor mallado -conexiones- con Europa. Respecto a la industria vasca, actualmente los costes eléctricos de producción son mucho mayores que los de sus competidores europeos. Hay días, por determinados condicionantes climatológicos, que el precio llega a ser hasta el doble. Esto es lo que justifica la necesidad del proyecto.
En Gatika se ha constituido una plataforma vecinal contraria al proyecto. En sus alegaciones indican que el parque eléctrico está sobredimensionado.
-Afirman que tenemos instalados en la Península Ibérica 105.000 megavatios cuando nuestro pico eléctrico son 42.000. Pero la respuesta a esta cuestión la tenemos hace unas semanas, cuando tuvimos 20.000 megavatios hidráulicos sin funcionar y 24.000 megavatios eólicos en la misma situación. Entonces, de esos 105.000, prácticamente la mitad no estaban operativos. ¿Por qué motivo? Ese día no había ni viento ni agua. Había un sequía brutal y coincidió con un anticiclón, con lo cual en navidades tuvimos unos precios abismalmente más elevados que en el centro de Europa.
¿Qué hubiese pasado con la interconexión ya en marcha?
-Hubiésemos traído energía eléctrica del norte de Europa porque es casi imposible que coincida que no haya agua, ni viento, ni sol en todo el continente al mismo tiempo. Los flujos van y vienen. Porque la curva de la demanda a nivel estatal aumenta a primera hora de la mañana, baja a primera hora de la tarde, sube a la noche y luego vuelve a bajar. Cuesta mucho dinero poner en marcha algunas centrales solo para unas horas, por tanto, no cobran igual el precio de la electricidad que las demás. Si hubiese una capacidad de interconexión suficiente, por la noche algunas de las centrales de generación eléctrica que hay que mandar parar podrían evacuar esa energía hacia Europa. Y, por el día, cuando hace falta una mayor capacidad, no se tendrían que tener funcionando las plantas de generación de carbón que es caro y contaminante. Se traería de Francia y de Europa.
Un ahorro en costes de producción.
-La industria vasca, a día de hoy, está pagando un sobrecoste económico en electricidad del 30%, por ejemplo, respecto a sus competidores en Francia. Si no hay vías de interconexión suficientes, no hay libre circulación. Por tanto, tiene un sobrecoste. ¿Dónde? Donde no hay capacidad, como en la Península. A la industria es lo que le mata.
¿En qué fase está el proyecto?
-Muy inicial. Acaba de terminar la fase de participación pública. Ahora esperamos las alegaciones recogidas por el Ministerio para redactar un estudio de impacto medioambiental y un proyecto de ejecución.
¿Qué estimación manejan para su presentación?
-Será para el segundo semestre de este año. Puede ser septiembre o diciembre. Entonces es cuando se definirá dónde irá la estación conversora, la línea eléctrica, etc.
¿Y luego?
-Volverá a salir a participación pública, con un plazo que se alargará probablemente dos años. Es decir, ahora estaríamos a dos años y medio de la obtención de la autorización.
¿Qué permisos necesitarían?
-Una declaración de impacto ambiental favorable, la autorización del proyecto de ejecución y la declaración de utilidad pública para poder expropiar en caso necesario. Entre 2021 y 2024 se construiría.
¿Se han barajado alternativas a Gatika?
-Hemos analizado todas las opciones de la cornisa cantábrica con puntos eléctricos existentes porque en caso de tener que construir una subestación, implicaría un sobrecoste. De todas las opciones, la única con un mallado robusto que permita una distribución al interior es Gatika.
¿Y la estación conversora?
-El punto eléctrico al que hay que llegar es Gatika, lo cual no quiere decir que la estación conversora haya que instalarla allí. Otra cosa es que lo idóneo sea que esté lo más próxima a la subestación porque la corriente continua no se puede soterrar; la alterna en 400 kw, sí.
¿La solución más viable es el soterramiento de la línea hasta Gatika?
-Sobre la mesa hay varias alternativas: vía aérea, soterrada o mixta. Es decir, una parte soterrada y otra aérea. Al ser corriente continua ofrece más opciones que la alterna.
Aseguran que este proyecto no tiene riesgo de afección a la salud.
-Así es. Hemos construido en Girona una instalación que podría ser gemela a la de este proyecto hace tres años. Allí, las mediciones indican que los campos electromagnéticos rondan los 40 microteslas cuando el límite es 40.000. Estamos mil veces por debajo de esos niveles.
La plataforma vecinal afirma haber entregado 10.000 alegaciones contra el proyecto. ¿Le ha sorprendido este rechazo?
-No, en absoluto. Es verdad que más de mil personas han presentado unas ocho alegaciones cada uno, con lo que son unas 8.000 en total. Este tipo de instalación genera cierta oposición en algunos sitios en particular. Entendemos su postura pero tenemos que cumplir un mandato del nuevo sistema eléctrico que ellos mismos necesitan para su día a día. Todos tenemos que colaborar para favorecer el desarrollo.
¿Participarán en las reuniones con expertos independientes?
-Estamos desvinculados de las mismas para que sean absolutamente neutras. Estamos interesados en escucharlas, nada más.