vitoria - Las administraciones vascas evitarán este año el agujero de en torno a 200 millones de euros que podría dejar Mercedes-Benz en la hacienda alavesa si separa en dos sociedades diferenciadas su actividad en el Estado. La multinacional confirmó ayer que ha “congelado” el cambio de estructura y, aunque decidiera retomarlo a lo largo de 2018, no tendrá efectos fiscales en Euskadi, y se confía en que no los tenga en el futuro.
Todo un alivio para el entramado público vasco porque el mecanismo de reparto de los ingresos penalizaba también al Gobierno Vasco, que perdería cerca de 140 millones ya que recibe un 70% de lo que recauda la hacienda alavesa. A partir de ahí se habría producido un desajuste presupuestario, más molesto que alarmante en el caso de Lakua (supondría algo más de un 1% de su gasto), pero que sería un auténtico quebradero de cabeza en Araba, que perdería unos 60 millones, un 12,5% de su gasto presupuestario.
No se desatará esa tormenta este año y hay señales que invitan a pensar que el chaparrón no mojará finalmente la caja de la hacienda vasca. El problema se generó hace unos meses cuando Daimler decidió desagregar el negocio de fabricación de furgonetas de su comercialización. El cambio societario era clave para Euskadi ya que la mayoría de los vehículos que se fabrican en Mercedes-Benz Gasteiz se exportan y no se genera IVA en esa operación.
En cambio, la compañía si paga IVA a sus proveedores vascos durante la producción y a la hora de declarar, la hacienda alavesa le devuelve grandes cantidades por ese concepto. Araba compensa en parte esa factura negativa con la comercialización de furgonetas en el Estado. Una vez desagregados ambos negocios, se perdería esa opción y Euskadi dejaría de ingresar una importante cantidad de dinero, cuyo volumen dependería de las ventas de vehículos en España y que en ejercicios precedentes ha rondado los 200 millones. El cambio societario afectaba a todas las unidades de negocio a nivel mundial pero de momento no se ha puesto en marcha y el director general de Mercedes-Benz Vitoria, Emilio Titos, abrió ayer la puerta a que esa posibilidad quede “definitivamente aparcada” y se eluda su impacto fiscal en Euskadi.
En una entrevista en Radio Vitoria, Titos reconoció que la multinacional está en plena “reflexión” sobre su futuro y que la idea inicial, que ya ha sido desestimada en Alemania, podría no ser tan necesaria como se creía hace unos meses. Fuentes de la fábrica gasteiztarra confirmaron que el proyecto está en estos momentos “congelado” a la espera de ese análisis y se ha tomado un tiempo para revaluarlo. La pelota está en el tejado de la central en Alemania e incluso podría darse el caso de que se tomen decisiones diferentes en cada país. Todo está abierto si bien se percibe que el movimiento societario ha pasado a un segundo plano y que la idea está perdiendo fuerza.
A la espera de que se despeje ese panorama, fuentes del Gobierno Vasco explicaron que ha quedado en stand by la negociación con el Estado de cara a buscar una fórmula de compensación. Se había avanzado en ese frente y Euskadi había puesto sobre la mesa varias opciones para ajustar el IVA de Mercedes en ambas haciendas y esquivar el golpe. La multinacional se había comprometido a adaptarse en el caso de acuerdo entre administraciones. Esa segunda vía, que hasta ahora era la primera, garantizaba que se corregiría la distorsión y aguarda de un impulso político por parte de España que podría no ser finalmente necesario.
200
millones de euros dejaría de ingresar aproximadamente Euskadi si Daimler decide separar la estructura de Mercedes-Benz en el Estado y crear una empresa para la producción de furgonetas y otra para la comercialización en España.
El reparto. El Gobierno Vasco dejaría de recibir el 70% de esa cantidad, 140 millones. Sin embargo, el mayor impacto lo recibiría Araba ya que se quedaría sin 60 millones, el 12,5% de su presupuesto de gasto.
El problema. Si se separan los dos negocios, la Hacienda alavesa no podrá compensar el IVA que Mercedes-Benz se descuenta de los pagos a sus proveedores con el de la comercialización de vehículos.
Las soluciones. La multinacional está revisando su estrategia y ha aparcado el cambio. En ese caso no se produciría el desajuste. Además, las administraciones vascas han presentado varias posibilidades al Gobierno español para compensar el impacto.