BILBAO - Las administraciones vascas van a disponer este año de un balón de oxígeno para reducir la deuda contraída durante la crisis y al mismo tiempo poder acometer nuevas inversiones. Las haciendas forales de la CAV recaudaron en 2017 casi 1.000 millones de euros más de lo previsto en el diseño de los Presupuestos públicos y ese dinero extraordinario se destinará tanto a aligerar la carga financiera como a dar un carácter algo más expansivo a las políticas de gasto.

El Gobierno Vasco recibirá la mayor parte de esos fondos y, a falta de ajustar cifras, calcula que podrá contar con un remanente de 150 millones que permitirá aumentar la capacidad de gasto de este ejercicio. Además, adelantó el año pasado otros 160 millones para financiar varias operaciones, entre ellas el pago del último cuarto pendiente de la extra de los funcionarios suprimida en 2012 y la compra de varias locomotoras para Euskotren. De modo que el impacto del excedente en el gasto rondará los 310 millones.

Las reglas presupuestarias impuestas por la UE no permiten ser más ambiciosos y se destinarán unos 280 millones a amortizar deuda, una actuación que en el futuro permitirá liberar recursos hasta ahora atrapados en la espiral del endeudamiento.

El excedente total de Lakua rondará los 600 millones. Los números definitivos se ajustarán las próximas semanas, un periodo en el que también se definirán los movimientos de las diputaciones, que, a su escala y con su propias directrices, tendrán un esquema similar en la distribución de su excedente. La situación cambia de forma radical respecto a los dos ejercicios anteriores, que se cerraron con menos ingresos de lo previsto y fue necesario aparcar proyectos no prioritarios para evitar desbordar el techo de gasto. El escenario se definió ayer tras hacer Gipuzkoa públicos sus datos de recaudación en 2017 y certificar el récord “histórico” para el conjunto de Euskadi. Las haciendas forales recaudaron 14.474 millones de euros, casi un 12% más que en 2016.

recursos extraordinarios Pero lo más importante es que se superó la previsión en 976 millones. Se trata de un dinero extra que se repartirá entre todas las administraciones, incluidos los ayuntamientos -que ya han recibido 90 millones del Gobierno Vasco-, y que permitirá afrontar 2018 con holgura presupuestaria. El Ejecutivo, las diputaciones y la asociación de municipios (Eudel) cerrarán el próximo 13 de febrero el ejercicio fiscal, concretarán el reparto del excedente y aclararán a qué se destinará ese dinero. Será el Consejo Vasco de Finanzas más plácido desde 2007 después de haber batido precisamente el récord de recaudación logrado aquel año, justo antes de la crisis.

La comparación con ese momento está distorsionada en gran medida por las reformas fiscales que se han acometido en la última década, entre ellas, dos subidas en el tipo general del IVA, pero lo cierto es que el cambio de ciclo económico se refleja en el avance respecto a 2016, cuando se jugó el partido fiscal con las mismas normas tributarias.

El incremento de la recaudación en relación a ese año supera los 1.500 millones de euros, un salto inédito en Euskadi. El acuerdo con el Estado para la actualización del Cupo es responsable de un tercio del crecimiento pero la mayor parte es imputable directamente a la mejoría de la economía. En ese ámbito han tenido un gran protagonismo el aumento del empleo y el tímido repunte de los sueldos, cuestiones que se han traducido en mayores ingresos por IRPF. Además, los beneficios de las empresas han permitido que el Impuesto sobre Sociedades vuelva a crecer por primera vez desde 2013. Y el IVA avanza un 20% anual espoleado por el acuerdo de la Comisión Mixta sobre el Cupo y en menor medida por la mejora del consumo.

La Diputación de Gipuzkoa, a través de su portavoz, Imanol Lasa, destacó que estos números responden “al fortalecimiento de la economía” sin olvidarse del efecto positivo del acuerdo alcanzado entre las instituciones vascas y el Gobierno central.

El secretario general de SEA Empresarios Alaveses, Juan Ugarte, también destacó que “sin lugar a dudas” se ha dejado atrás la crisis y que las empresas “poco a poco” avanzan por la senda de los beneficios. En una entrevista en Radio Vitoria, Ugarte pidió, en un contexto de “récord de recaudación”, que las administraciones vascas “bajen impuestos” para que los ciudadanos “tengan más dinero para consumir”. Es la respuesta de la patronal alavesa a los “llamamientos de la administración pública” a los empresarios para que suban los sueldos.

Según explicó el número dos de SEA, “no tiene sentido” que la patronal recomiende subidas generalizadas de sueldos, porque cada compañía y cada sector tiene sus características y ritmos de reactivación. De este modo, e insistiendo en el mensaje que vienen defendiendo los empresarios desde el inicio de la recuperación, Ugarte aseguró que los sueldos están creciendo en las compañías en las que es posible hacerlo.

El cambio de ciclo es una realidad y la recaudación supera ya los niveles previos a la crisis. Sin embargo, el escenario ha cambiado notablemente en lo relativo al peso de cada impuesto en las arcas de Hacienda. Hay diferencias sobre todo en el Impuesto sobre Sociedades, que es el único tributo que en estos momentos genera menos ingresos que en 2007. El año pasado se recaudaron algo más de 1.100 millones por ese concepto, casi la mitad de los 2.043 millones que hace una década. De este modo, Sociedades ha pasado de representar un 14,7% de los ingresos fiscales vascos a rondar el 8%. Por contra, el IRPF, básicamente las rentas salariales, ha crecido cinco puntos y tiene un peso del 35%. Lo mismo ocurre con el IVA que ha avanzado hasta el 41,5% frente al 35,1% del año 2007.