BILBAO - El plan de salidas voluntarias de Gamesa tiene ya números, nombres y apellidos. Y se traduce en que 244 trabajadores dejarán en el Estado la compañía eólica, adquirida por Siemens a mediados de 2016 y que aligerará su plantilla de manera sensible en España, la mayor parte en forma de bajas voluntarias y en menor medida con prejubilaciones. En Nafarroa, las salidas se quedan en 105 personas, de las que cerca de un 80% serán bajas voluntarias y el resto, prejubilaciones. Las bajas en la única planta de la CAV afectada, la de Zamudio, ascienden a 37.
El proceso comenzó como un expediente de regulación de empleo en dos fases con 408 despidos y que, tras la presión sindical, institucional y de algunos accionistas, se ha plasmado en un plan de bajas voluntarias. “Creemos que se han desbordado las previsiones que tenía la empresa, que a pesar de lo que venía diciendo no necesitaba más de 80 salidas”, explicó ayer Arturo González, miembro de comité de empresa en representación del sindicato ELA. En concreto, de esta cifra total de 244 salidas, 197 empleados se acogerán al plan a través de adhesiones voluntarias, 45 han optado por la opción de una prejubilación y dos empleados, por una excedencia, según los datos preliminares.
Por comunidades, después de Nafarroa, el mayor número de bajas se concentra en Madrid (58). Tras esta comunidad se sitúan Bizkaia (37), Zaragoza (11) y Málaga (9). El número de bajas se completarán con 7 de Burgos, cuatro correspondientes a A Coruña, así como a Valencia, y tres de La Rioja, así como de Valladolid y Albacete.
Según los datos que manejan los propios sindicatos, y que no coinciden exactamente con los facilitados por la empresa, el plan de salidas ha encontrado una aceptación especialmente elevada entre los directores y los denominados predirectores. Se marchan 27 de 178, por lo que entre la plantilla crece la inquietud de que estos puestos sean ocupados por trabajadores procedentes de Siemens. “Nos parece un indicador de que algo malo está pasando en la empresa”, explicó Arturo González.
Los sindicatos coinciden en que el número final de bajas muestra que “no era necesario plantear un ERE” y muestran su preocupación “por la situación en la que queda la compañía”, explicó Manuel San Juan, de CCOO. “Seguimos teniendo una plantilla con muchísima capacidad, pero la realidad es que se marcha gente con mucho talento”, aseguró.
Más allá fueron desde ELA, que mostró preocupación por la viabilidad de la empresa e insistió en la necesidad, una vez cubiertos con creces los objetivos de la dirección, de firmar una garantía de empleo al menos para los próximos tres años. Sería un modo de garantizar tranquilidad a una plantilla que ya afrontón un ERE y que, tras ver cómo la empresa disparaba su cotización y era vendida, ha afrontado un proceso de bajas inquietante. “Ahora mismo algunos departamentos se encuentran completamente descabezados, la gente se va a marchar incluso sin tener otro trabajo y rechazando contraofertas de la empresa”, explicaron.