MADRID - UGT y CCOO han consensuado una postura de cara a la negociación salarial para este año, en la que renuncian a una banda de subida, como la que se trató de negociar en 2017, y optan por pedir que el sueldo más bajo en convenio se sitúe en 1.000 euros y un incremento medio del entorno del 3%. Una década después del estallido de la crisis, los sindicatos resucitan el mileurismo ahora como una referencia mínima de los sueldos.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, presentó ayer los objetivos del sindicato para este año. Los sindicatos presentarán a la patronal esta propuesta en la próxima reunión, prevista para el jueves, pero Álvarez advirtió que será necesaria la movilización de los trabajadores para que la CEOE acepte el planteamiento.
inflación y reparto de riqueza La subida que pedirán rondará el 3% y partirá de la previsión de IPC para este año (1,5%) a la que añadirán componentes que permitan recuperar el poder adquisitivo perdido y mejorar el reparto de la riqueza. En cuanto a la referencia de los 1.000 euros, Álvarez aclaró que no se busca “que todos los salarios suban un mínimo, sino que los más bajos suban hasta un mínimo”, un planteamiento al que “le asiste la razón” y que “económicamente es poco discutible” porque favorece la marcha de la economía española.
A su juicio, que los salarios mínimos de trabajadores bajo convenio alcancen los 1.000 euros brutos en 14 pagas “no cuestiona la viabilidad a ninguna empresa y, si lo hace, qué le vamos a hacer, porque un salario de 730 euros cuestiona la viabilidad de muchas familias”. Según indicó que el principal sector afectado es el de servicios, sobre todo la hostelería, que “ha aplicado incrementos de precios de los últimos años mientras ha bajado salarios con la entrada de empresas de servicios integrales”.
Sin embargo, Álvarez cuenta con que la negociación será difícil, es más, considera que “sin movilizaciones va a ser una tarea casi casi imposible”. - Efe/DNA