donostia - El grupo Egile conformado por firmas especializadas en maquinaria de alta precisión inauguró ayer su nueva división de aeronáutica con la que confía en potenciar y reforzar su relación con líderes del sector como Rolls Royce y General Electric, al incorporar a su oferta componentes de seguridad crítica que las grandes empresas hasta ahora se veían obligadas a producir internamente por su alto nivel de especialización. Una muestra del carácter estratégico de estas nuevas instalaciones ubicadas en la localidad guipuzcoana de Mendaro fue la presencia ayer del lehendakari, Iñigo Urkullu, en el acto de inauguración, acompañado de la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, y de la diputada guipuzcoana de Promoción Económica, Ainhoa Aizpuru. El presidente de Egile, Eduardo Junkera, ejerció de anfitrión para explicar las características de esta nueva actividad.

Según señaló, la división de aeronáutica ha requerido una financiación inicial de 9 millones de euros destinados tanto al acondicionamiento de las instalaciones como a la adquisición de equipamiento de alto valor añadido capaz de fabricar unos componentes con un elevado rango de especialización. Esta inversión, sin embargo, no tardará en ser amortizada si se cumplen las expectativas del grupo vasco, que espera facturar 15 millones de euros en 2019. A los grandes números económicos hay que añadir cifras no menos importantes que se refieren a la creación de empleo. Eduardo Junkera las concretó en una veintena de nuevos puestos de trabajo que se caracterizan por su alta cualificación, condición indispensable para realizar una actividad de avanzada especialización.

La división de aeronáutica pertenece a la filial de Egile DMP, empresa centrada en el desarrollo de soluciones de alta precisión para los sectores de aeronáutica y defensa principalmente. El presidente del grupo explicó que la nave inaugurada albergará dos nuevas líneas de actividad de DMP que consisten en la fabricación de componentes aeronáuticos en superaleaciones y en la fabricación avanzada. Junkera subrayó la vertiente aeronáutica por representar “una oportunidad de crecimiento para Egile”. Según explicó, la mecanización de superaleaciones que deberán soportar las elevadas temperaturas que alcanzan los motores de las aeronaves entraña una notable dificultad que hasta ahora compañías como Rolls Royce, Pratt&Whitney o SNECMA, entre otras, estaban obligadas a asumir al no hallar firmas externas que les proporcionaran estas piezas con la máxima calidad.

seguridad crítica La división de Egile, en cambio, se encuentra capacitada para desarrollar esta actividad lo que significa que “a partir de ahora les podrá ofrecer soluciones competitivas que les proporcionará agilidad y reducción de costes”, consideró Junkera. “Egile da con este proyecto un paso más en la confianza de las grandes compañías aeronáuticas para las que el grupo trabaja, quienes hasta la fecha acometían internamente la fabricación de componentes en los que la seguridad es crítica”. El sector aeronáutico no es el único segmento de actividad a la que se dirige la división de DMP. Su segunda línea se centra en la fabricación aditiva, una área que se presenta como uno de los factores que impulsará la Industria 4.0. En este caso, el equipo requerirá aún de “varios años de desarrollo hasta su puesta a punto”, según dijo Junkera.