BILBAO. La plantilla del grupo papelero, en concurso de acreedores y con un ERE -Expediente de Regulación de Empleo- presentado para despedir a la mayoría de sus trabajadores, ha protagonizado una concentración ante la sede en Bilbao de la institución foral y ha expuesto la "difícil" posición en la que se encuentra en su negociación con el grupo italiano.

Lucart ha sido el único que ha presentado finalmente una oferta al administrador concursal para hacerse con las plantas de CEL, que cuenta con centros en la comarca vizcaina de Enkarterri y en Artziniega.

Según ha explicado el portavoz de los trabajadores, Asier Prado, los grupos catalán y chileno que mostraron interés por el grupo vasco finalmente han optado por no presentar oferta por considerar excesivo el precio mínimo establecido por el administrador concursal (6,3 millones de euros) para hacerse con las plantas de CEL.

En este contexto, los representantes sindicales han comenzado a tratar con el grupo italiano, que plantea mantener 145 empleos y destruir unos 80, algunos mediante jubilaciones y prejubilaciones, pero otros, unos 36, mediante "despidos traumáticos", que los trabajadores quieren evitar.

Para ello, la representación sindical planteó ayer a la representación de Lucart la aplicación de un ERE suspensivo y rotatorio durante un período de un año, que implicaría que mientras parte de la plantilla está trabajando otra parte está en el paro, lo que cambiaría al de unos meses.

De esa forma, se lograría que el 100 % de la plantilla de CEL se mantuviese "dentro", según ha explicado el representante sindical, quien ha precisado que el grupo italiano también ha propuesto una bajada "brutal" de salarios, de entre un 15 y un 30 %, y una inversión de 20 millones de euros en cinco años.

Prado ha lamentado que la de Lucart haya sido la única oferta presentada porque ello "dificulta muchísimo" la posición de los trabajadores, que, por indicación del administrador concursal, tienen de plazo hasta el próximo día 23 para negociar con el grupo italiano.

En caso de no llegar a un acuerdo, el escenario que se abre es la extinción de los contratos y la liquidación de la empresa.

Ante esta situación, los trabajadores de CEL insisten en reclamar el apoyo del Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia.

El primero, según han recordado, llegó a tener un 40 % del accionariado del grupo papelero y la Diputación es propietaria de maquinaria y pabellones de la empresa y "ni siquiera hacen de garantía por el pleno empleo", han reprochado.

Prado ha demandado a las instituciones que, al menos, "se manifiesten" en relación a este asunto porque "están en un tercer plano desde que empezó esto. Estamos dejados de la mano de Dios", se ha dolido.