BILBAO - Los máximos responsables de la nueva Siemens Gamesa, el fabricante de aerogeneradores controlado por el grupo de ingeniería alemán tras la integración de la firma vasca, han anunciado un duro ajuste laboral en la plantilla del grupo que puede afectar hasta a 6.000 trabajadores en todo el mundo tras confirmar la entrada en pérdidas durante el primer semestre tras la fusión. La compañía de aerogeneradores ya anticipó en octubre una revisión a la baja de sus expectativas de resultados, algo que ha hundido su valor en Bolsa en más de un 25% en lo que va de año.
En concreto, Siemens Gamesa anunció ayer unas pérdidas de 135 millones de euros durante su primer semestre (de abril a septiembre porque el año fiscal ahora ya no coincide con el año natural). La compañía gestionada por Markus Tacke achaca los malos resultados a la caída de las ventas de aerogeneradores sobre todo en India, y en menor medida en el Reino Unido, y al ajuste de valoración de inventarios.
Los malos resultados han llegado de la mano de una caída de las ventas del fabricante de molinos de viento fruto de la fusión entre la empresa vasca Gamesa y la filial eólica del grupo alemán Siemens. Las citadas ventas se han reducido en un 12,3%, hasta los 5.022 millones de euros.
La nueva Siemens Gamesa está lejos de cumplir con los objetivos anunciados en el momento de la fusión y tras retrasar la presentación del plan estratégico hasta febrero de 2018 ha anunciado una fuerte reestructuración de plantilla que afectará a unas 6.000 personas en los próximos tres años, incluido el ajuste de 700 trabajadores ya anunciado. La compañía lanzará esta reorganización “para establecer una estructura ágil y simplificada”.
Fuentes de Siemens Gamesa declinaron ayer adelantar a qué plantas afectará el ajuste porque consideran, con buen criterio, que primero tiene que comunicarlo y negociarlo con los trabajadores y sus representantes sindicales.
En todo caso, confirmaron que en el plan de ajuste Siemens Gamesa reducirá la capacidad en el centro de producción de Aarlborg (Dinamarca) y el cierre de las instalaciones de palas de Tillsonburg, en Canadá, ya anunciado en julio, y que podría afectar hasta a 340 trabajadores. Por el contrario, el grupo energético impulsará sus bases de producción en Asia y África, continente este último en el que el grupo ha abierto una planta en Tánger (Marruecos), con cerca de 700 personas que sí puede afectar a las plantas del Estado español porque además el grueso del ajuste se realizará en el negocio terrestre, donde Gamesa era más fuerte.
De hecho, fuentes sindicales vascas, señalan que temen un ajuste más fuerte en el Estado español y Dinamarca porque, en principio, los alemanes de Siemens Wind tendrían tres años de garantía de empleo tras la integración. En Adwen, la filial de Gamesa creada en joint venture con los franceses de Areva, también se prevé un fuerte ajuste, máxime tras confirmarse que sus aerogeneradores marinos no se instalarán en beneficio de los de Siemens, lo que afectará a la planta alemana de Bremerhaven.
2.000 trabajadores vascos Hace un año la suma de Gamesa y Siemens Wind sumaba unos 27.000 empleados en todo el mundo, de ellos más de 2.000 en Euskal Herria. Según señaló este verano El Periódico de la Energía, el recorte laboral en el Estado español alcanzaría a un mínimo de 500 trabajadores.
Detrás de este ajuste está el objetivo de Siemens de acelerar la integración de las antiguas Gamesa y Siemens Wind para aflorar las sinergias anunciadas, estimadas en unos 230 millones de euros anuales, y que aspira a conseguir meses antes de lo inicialmente previsto.
Pese al resultado negativo reportado, el beneficio recurrente del grupo Siemens Gamesa ha arrojado una cifra positiva de 118 millones de euros. La cartera de pedidos de Siemens Gamesa ascendía al cierre de septiembre a 20.688 millones de euros, de los cuales 10.811 millones correspondían a la división de aerogeneradores (un 8% menos) y 9.877 millones a la de servicios, que crece a cotas del 6%.