bilbao - El efecto del calendario en un buen número de puestos de trabajo se cebó con las mujeres en el tercer trimestre del año. En un contexto económico marcado en Euskadi por fuerte creación de empleo y reducción del paro, el verano supuso un paso atrás en la trayectoria del año por el peaje que pagan contratos temporales ligados al sector servicios que se extinguen durante el verano. Es un empleo que en muchos casos se reactiva a finales de septiembre o principios de octubre, como ocurre en la enseñanza, pero que a efectos estadísticos deja un hueco muy difícil de llenar.

El impacto de esos puestos de trabajo volátil hizo mella en la encuesta de Población en Relación a la Actividad (PRA) que elabora Eustat. La tasa de paro vasca se sitúa en el 11,5%, tras una leve subida de medio punto en el tercer trimestre, lo que supone un crecimiento de 5.000 desempleados. Se trata del primer borrón después de diez trimestres consecutivos de reducción en el número de personas sin empleo. El Instituto de Estadística contabiliza 118.900 parados en Euskadi, 13.300 menos que en 2016.

El balance del tercer trimestre fue negativo debido a que el paro femenino aumentó en 7.900 personas, mientras que el masculino se redujo en 2.900. Lo mismo ocurre con el número de ocupados, que bajó en 9.000 trabajadores, con un reparto muy desigual, ya que las mujeres, con 11.300 ocupadas menos, absorbieron el crecimiento que se registró entre los hombres.

El desequilibrio de la evolución por sexos se traslada a la dinámica sectorial y la industria fue el único sector donde el paro retrocedió en el tercer trimestre del año. Aumentó en el resto y sobre todo en los servicios, donde sectores como la educación o la hostelería, tienen un marcado acento femenino. A ello hay que unir las habituales dificultades de la mujer para entrar en el mercado laboral. Con todos esos ingredientes el resultado negativo es para las mujeres, que tienen una tasa de paro del 12,7% frente al 10,4% de los hombres. En números, el paro afecta a 62.300 mujeres y a 56.600 hombres.

La tasa de paro juvenil sigue siendo la más alta, el 21,6%, con un aumento de 2,5 puntos porcentuales, al verse desempleados 8.600 jóvenes activos de 16 a 24 años. En la lectura por territorios históricos, el que sale peor parado es el vizcaino, donde baja la ocupación en 7.500 personas y crece el paro en 3.000. Los comportamientos de Araba y Gipuzkoa son más discretos pero en la misma dirección.

Una vez contabilizados los datos del pasado verano, el Instituto vasco de Estadística sitúa la cifra de ocupados en 914.200, lo que supone 9.000 menos que en el trimestre anterior. A pesar de este paso atrás, el balance del año sigue siendo positivo y a finales de septiembre se contabilizaban 2.600 ocupados más que doce meses antes. Ese saldo a favor se produce en gran parte por la pujanza de la industria, cuya fuerza laboral ha aumentado en casi 7.000 trabajadores en el último año. En el caso de la construcción se han perdido 1.200 empleos en relación al tercer trimestre del año y casi la mitad la hicieron el verano pasado.

El número de ocupados en el sector terciario se redujo en 1.300 entre julio y septiembre, y la dinámica interanual apunta a un retroceso de 4.000 trabajadores.

Según el Eustat, en 41.900 hogares de Euskadi todos los componentes de la unidad familiar estaban en el paro en el tercer trimestre del año, tras un incremento de 2.900. En cambio, en casi el 58% de los hogares -506.100- todas las personas tenían empleo.

El aumento del paro también se produjo en las tres capitales; la capital donde más subió fue Bilbao con 1.900 personas paradas más, hasta 25.100; le siguió Donostia, con 7.500 desempleados y 800 más; y Vitoria, con 600 parados más y 14.800 en total.

Hogares ‘sin empleo’. Un total de 41.900 hogares de Euskadi tienen a todos sus miembros en paro, tras un incremento de 2.900 personas durante el verano.