bilbao - El grupo CNA dará hoy un primer paso de cara a intentar rescatar de la agonía de forma definitiva a Edesa Industrial. La antigua Fagor Electrodomésticos se someterá a una nueva y restrictiva dieta que conlleva el despido de 145 trabajadores y el cierre de la planta de Garagartza donde se producen hornos, vitrocerámicas y lavadoras. La empresa catalana trasladará en la reunión de hoy al comité los nombres de los empleados afectados por el ERE y quiénes se salvan de este nuevo ajuste. Permanecerán en plantilla 160 personas repartidas entre Eskoriatza y Basauri que se volcarán en la línea de termos y calentadores. CNA entiende que es en este producto donde puede estar la salvación del proyecto y dará a la fábrica vizcaina mayor protagonismo, aunque no ha aclarado si contempla aumentar la plantilla.
Los números avalan a la empresa de Basauri, tal y como ha reconocido la dirección del grupo CNA. En los planes iniciales con los que la sociedad catalana se hizo con el control de los activos de Fagor Electrodomésticos en proceso concursal figuraba el proyecto de trasladar la actividad del municipio vizcaino a una de las plantas guipuzcoanas, pero el buen rendimiento de la división de termos fue retrasando este movimiento. Finalmente el cierre de Basauri quedó descartado, produciéndose incluso algún refuerzo de plantilla, integrada ahora por cerca de medio centenar de personas.
Los problemas financieros y un mal cálculo de la expansión real del negocio han llevado a CNA Group a incumplir los números de actividad y empleo incluidos en el proyecto industrial remitido al juez concursal y, cuando la situación se ha hecho insostenible, a tocar a la puerta del concurso de acreedores.
El tiempo corre y a CNA le restan en principio dos semanas para cerrar la entrada de un inversor y lograr un acuerdo con los acreedores antes de caer al concurso de acreedores -el plazo del preconcurso finaliza el día 30 aunque en algunos casos puede concederse una prórroga de un mes más-. Así las cosas, la presentación del ERE con 145 despidos es el doloroso primer paso en ese camino para poner en marcha el nuevo plan productivo ajustado que convenza a posibles inversores -diversos cálculos sitúan el capital necesario para reflotar la compañía en una horquilla entre 15 y 40 millones de euros- de que Edesa Industrial tiene margen para sobrevivir.
Hoy se informará al comité de quiénes son esos 145 afectados, la mitad de la plantilla actual, aunque la lógico hace pensar que estarán afectadas en primer lugar las personas que trabajan en Garagartza. Los intentos del comité por salvar la fábrica de Arrasate, el corazón de la vieja Fagor, no han fructificado. “Creemos que el cierre de Garagartza es una decisión que se tomó hace tiempo”, señalaba ayer a este periódico Ricardo Pérez, portavoz del comité de empresa, que lamentaba que la reunión de hoy va a ser “prácticamente un trámite” porque por los mensajes enviados por el grupo CNA la decisión de despedir a 145 personas “es inamovible”.
Respecto a los criterios que se seguirán a la hora de escoger al personal que se queda en la compañía, la dirección del grupo catalán ha indicado que no quiere costear el despido de los trabajadores mayores de 50 años, lo que de confirmarse abriría irremediablemente la puerta a los traslados. Es decir, habrá operarios veteranos de Garagartza que eviten el ERE, aunque eso podría significar también la inclusión en él de personal de otras plantas.
nueva distribución El grupo industrial con sede en Torrelló (Barcelona) se quedará con 160 trabajadores que repartirá entre Eskoriatza y Basauri, aunque no ha adelantado cuál será la distribución concreta de cada centro productivo. Sí parece que el municipio guipuzcoano asumirá la fabricación de calentadores que hasta ahora correspondía a Garagartza y que es la única parte del negocio de esta planta que CNA quiere salvar una vez baje la persiana.
Junto a los despedidos, la dirección notificará hoy al comité los criterios para seleccionar a los 160 trabajadores que se quedan en la empresa y se entiende que dará más detalles sobre su distribución. Los sindicatos han propuesto como mal menor que Eskoriatza y Basauri vayan asumiendo el personal que salga de Garagartza, aunque la empresa no ha querido comprometerse a ello. La hipótesis de que la fábrica de Basauri vea incrementado el nivel de producción y de plantilla no es descabellado teniendo en cuenta que Edesa Industrial va a convertirse prácticamente en un fabricante de termos y calentadores, aunque para ello es necesario culminar primero el rescate.
Lo que sí parece claro es que Edesa-Basauri va a pasar a primer plano dentro de este nuevo ciclo de vida de Edesa Industrial en el que el único horizonte es la supervivencia. Un protagonismo sin duda inesperado teniendo en cuenta los planes iniciales de CNA Group de concentrar la producción en territorio guipuzcoano pero al que han acabado conduciendo los números.
Plazo de consultas. El plazo de consultas del ERE para despedir a 145 trabajadores iba a concluir el pasado viernes, pero finalmente la última reunión se retrasó a hoy lunes. Será la última posibilidad de acercar posturas entre CNA y comité, aunque la plantilla asume que no habrá posibilidad de mover la decisión de la firma catalana de cerrar Garagartza.
Basauri y Eskoriatza, reforzadas. El cierre de la planta de Garagartza deja a Basauri y Eskoriatza como últimos centros productivos de la antigua Fagor Electrodomésticos. De esta forma Edesa Industrial se volcará en la fabricación en Euskadi de termos y calentadores, mientras que cierra la línea de hornos y vitrocerámicas y la de lavadoras de Garagartza.
Supervivencia. El plan de ajuste requiere de la rápida consecución de un inversor y de un acuerdo con los acreedores para evitar la entrada en concurso el próximo día 30.