MADRID. A falta de solo una sesión hábil para que termine el mes y se pueda calcular el dato exacto, que el Banco de España confirmará en los próximos días, septiembre será el vigésimo mes consecutivo que este indicador se mantiene en terreno negativo.
Durante los veinte días hábiles que hasta ahora ha tenido el mes, el euríbor ha oscilado entre el máximo del -0,161 % con que comenzó septiembre y el mínimo del -0,172 % que registró este jueves.
El ahorro estimado de 60 euros anuales para quienes tengan una hipoteca se debe a que hace un año, en septiembre de 2016, el indicador se situaba en el -0,057 %, con lo que una hipoteca media de 100.000 euros contratada entonces a un plazo de 25 años con un diferencial de un punto porcentual sobre el euríbor tendría un coste mensual de 374,30 euros.
Sin embargo, si una hipoteca con estas condiciones se revisa utilizando el dato de septiembre de 2017, el coste sería de 369,32 euros mensuales, es decir, 4,98 euros menos por mes o 59,76 euros de diferencia al año, esos casi 60 euros citados.
La evolución del indicador depende de las subidas o bajadas de tipos que aprueba el Banco Central Europeo (BCE), que lleva varios meses sin moverlos del mínimo histórico del 0 % y que piensa mantenerlos en ese nivel al menos hasta otoño de 2018, así como su programa de estímulo de la economía mediante la compra de deuda.
Los analistas apuntan a que la reciente apreciación del euro respecto al dólar ha llevado a que el organismo se replantee de nuevo el comienzo del retiro de las inyecciones de liquidez, para esperar incluso hasta el próximo año.
Por ello, señalan que el euríbor "continuará cayendo" ante el exceso de oferta monetaria en el mercado y la facilidad de depósito marginal en el BCE, por lo menos hasta que se normalice la política monetaria con la retirada de estímulos y la subida de tipos de interés.
Así, concluyen, los deudores hipotecarios "pueden estar tranquilos", pues van a continuar pagando cada vez menos "al menos durante los próximos seis meses".
Hace poco más de un año, en febrero de 2016, este indicador cerró por primera vez en su historia un mes con signo negativo y desde entonces ha seguido evolucionando a la baja.
Ante este hecho inédito, en España se abrió un debate sobre si la banca acabaría pagando a los clientes por las hipotecas, algo que varias entidades se apresuraron a aclarar que nunca ocurrirá, pues al euríbor siempre se le suma un diferencial que decide cada banco.
En España, el diferencial más bajo al que se ha vendido de forma general una hipoteca ha sido de 0,17 puntos porcentuales, por lo que el euríbor a un año tendría que hundirse un poco más que eso para que, una vez aplicado el diferencial, los intereses sean negativos.
Con el indicador en tasas negativas desde hace tantos meses, la banca ha optado por subir el diferencial que aplica o introducir una cláusula "cero" en las hipotecas a tipo variable, que establece que el indicador nunca podrá bajar del 0 %, al tiempo que se ha incrementado la venta de hipotecas a tipo fijo.