bilbao - A pesar del rocambolesco episodio de la noche del miércoles, en la que operarios del armador Tideway-Deme intentaron sustraer el barco que está construyendo La Naval, técnicamente la negociación con la empresa holandesa continúa abierta. De hecho, Deme asegura que fue su representante en Euskadi el que tomó la decisión por su cuenta de llevarse el barco Living Stone, desmarcándose así del suceso.
Sin embargo, esa versión contrasta con el operativo diseñado para sacar el buque del astillero. Dos remolcadores de grandes dimensiones aguardaban en Zierbana para trasladar el cablero a alta mar y todos los trabajadores de Deme en el astillero habían vaciado sus taquillas, con la intención de no volver a La Naval, cuando se detectó el intento de llevarse el barco. Todo apunta a que Deme jugaba dos partidas. La empresa holandesa tiene que pagar todavía 10 millones de euros a La Naval, pero desconfía de que el barco sea entregado una vez activado el concurso. Estaba negociando en una mesa mientras maniobraba para llevarse el barco.
Tras el intento frustrado de llevarse el barco por la fuerza, Deme trató de desmarcarse ayer de lo sucedido, quizá para tratar de retomar la negociación. De momento la firma holandesa tiene retirados los permisos para acceder al astillero y los trabajos en el buque se han paralizado.
Tanto la empresa como el comité han denunciado la maniobra realizada por Deme en la noche del miércoles, en la que incluso se pudo poner en peligro el tráfico marítimo puesto que el barco no estaba preparado para navegar. - A. D. M.