BILBAO - El comité de empresa de La Naval acusó ayer a los dueños de la compañía de llevar al astillero a un concurso de acreedores “que supondrá el cierre”. Las críticas se centran sobre todo en Ingeteam y Astilleros Murueta, que son los dos principales socios -ambos con una participación del 38,25% de las acciones- y que a ojos de la plantilla han precipitado la situación actual al renunciar a seguir en el proyecto.
Son también los protagonistas de las pintadas que han realizado los últimos días los trabajadores y blanco de sus críticas por la gestión de los últimos meses. Los representantes de los empleados comparecieron ante la prensa en el arranque de una semana que será clave en el astillero. La reunión del próximo jueves con los accionistas es sobre el papel la cita más importante, el comité intentará despejar dudas y palpar las verdaderas intenciones de los propietarios. La tensión será elevada, sobre todo por los reproches que recibirán los dos socios mayoritarios. “Estamos ante el fin de este astillero (...), por culpa de unos accionistas, Ingeteam y Murueta, que en los últimos años se han dedicado a utilizar el astillero como un medio para enriquecerse, pensando más en sus empresas vinculadas y endeudando La Naval hasta llevarla a la quiebra”, lamentaron.
Ese encuentro será la guinda de una frenética agenda en la que están previstos encuentros con partidos -ayer fue el turno del PSE y del PNV- e instituciones. De forma paralela se mantendrá la presión sobre los accionistas y el comité se encerrará el miércoles en el astillero y pasará la noche en las instalaciones.
encierro Para el jueves se ha convocado a toda la plantilla en el exterior de cara a dirigirse juntos hasta las oficinas donde se celebrará la reunión con los dueños. Son las primeras movilizaciones y, aunque todavía no hay fecha, se celebrará en breve una manifestación desde La Naval hasta Santurtzi para llamar la atención sobre las consecuencias negativas que acarrearía el cierre del astillero para todo Ezkerraldea.
La plantilla tiene el reloj en su contra, porque de no recibir una inyección de capital la compañía entrará en concurso el próximo 7 de octubre. De modo que quiere marcar perfil en dos direcciones: poner por un lado de relieve que Construcciones Navales del Norte tiene futuro y estaría en mejor posición sin los “errores” en la gestión de sus propietarios; y por otro lado, forzar a las administraciones a moverse y buscar una salida a la encrucijada.
En esa línea, el comité pidió ayer al Gobierno Vasco y al central que entren en el capital de La Naval para relanzar su actividad. El pasado público del astillero planea sobre el problema y hay presión para que sea parte de la solución.
La crisis actual de la compañía “tiene su origen en la privatización hace diez años”, aseguró el secretario del comité, Juanjo Jordell, y el Gobierno español es por ello “responsable de este fracaso empresarial y debe buscar soluciones”. En cuanto al Ejecutivo vasco, Jordell dijo que los que estaban al frente de aquel Gobierno “casi consintieron” la privatización.
tres buques parados Así que se pide que ambas administraciones entren a formar parte del accionariado con una participación mayoritaria y que asuman las pérdidas como hace el Estado en con la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), que cerró el año pasado con un agujero de 150 millones de euros generado, entre otras cuestiones, por el lastre de Navantia, los astilleros públicos de barcos militares. La situación en la empresa es muy delicada y los sindicatos explicaron que se ha paralizado la construcción de tres de los cuatro barcos que están en gradas porque la industria auxiliar “han decidido marcharse dado que no les paga”.
El comité “exigió” la puesta en marcha de una “mesa de negociación” compuesta por el Gobierno Vasco, el español y el comité “para la búsqueda de una solución de estabilidad y futuro para La Naval”. Tras reunirse con el comité una delegación socialista encabezada por Idoia Mendia, el PSE , a través de un comunicado, aseguró que el astillero “tiene futuro” y abogó la búsqueda de un socio industrial para el astillero esté “vinculada a un plan industrial y económico serio” que “garantice” su viabilidad.