bilbao - Atiende a DNA como portavoz de la asociación de víctimas del amianto Asviamie donde, ya jubilado, continúa la pelea que inició como responsable de salud laboral de CCOO-Euskadi. Y es que las cifras de afectados por el amianto van a seguir aumentando en los próximos años, advierte el hernaniarra Jesús Uzkudun, que reclama más implicación de toda la sociedad.
Asviamie registró 29 fallecimientos a causa del amianto el año pasado. ¿Están aumentando los casos?
-Son los casos que contamos nosotros pero hay muchos más. Es verdad que el hecho de que tengamos éxito en el reconocimiento y en la compensacion del daño a la gente le anima a venir a la asociación. Pero las cifras reales son mucho más altas. No tenemos registrados ni al 20% o como mucho el 30% de los casos existentes.
Hablaríamos entonces de unos cien fallecidos al año por amianto.
-Hay datos de Osalan que indican que hay más de cien fallecimientos. Hace poco, un estudio del ayuntamiento de Donostia sacó a la luz, en el vertedero de Altza, un montón de casos de mesiotelioma de los que nosotros no teníamos conocimiento. Hay casos en los que Osakidetza no comunica sospecha y que si la gente no recurre pues quedan ocultos.
Teniendo en cuenta que desde la exposición se tarda unos 25 ó 30 años en desarrollar la enfermedad, ¿estamos ahora en el pico de incidencia o lo peor está aun por venir?
-No hemos visto lo peor. En los próximos diez años van a seguir aumentando los casos. En 2008 en Alemania se reconocieron 1.769 cánceres profesionales por amianto y en Francia 1.625. En España solo 62. Está claro que no tenemos condiciones de trabajo mejores que en Alemania.
¿Se está ocultando la magnitud del problema?
-Uno por otro, la casa sin barrer. Hay médicos que dicen a la familia que inicien los trámites para reclamar porque la enfermedad es por el amianto, pero no todos. Y eso que por ley todos los médicos de Osakidetza están obligados a comunicar sospecha, con lo que se activa automáticamente el protocolo de enfermedad profesional. A veces lo hacen solo con el mesotelioma, cuando hay tantos casos o más de cáncer de pulmón. Echan muy rápido la culpa al tabaco. Luego, en la prensa salen las sentencias donde se pilla a una empresa y se le saca la indemnización, pero hay enfermos que han estado en pequeñas empresas que no pueden reclamar a nadie.
¿Queda amianto en las empresas vascas?
-Sí. En el ayuntamiento y las escuelas de Llodio, por ejemplo, que lo están quitando ahora. Aquí en Hernani, en una empresa que repara motores eléctricos el delegado denunció porque el amianto estaba dispersado por el taller y le intentaron despedir. Hay mucho amianto, es así. Se habla de las uralitas, pero hay amianto instalado en zonas aislantes, en tuberías... El riesgo está ahí. Por eso pedimos que se haga un inventario de amianto y que se contemple esto en serio en la prevención. El Consejo Económico y Social (CES) europeo ha planteado la necesidad de erradicar todo el amianto para 2032 y no se están tomando medidas.
¿De quién es la responsabilidad?
-De todos. En una obra de Lasarte, por ejemplo, machacaron un tejado de uralita y lo dejaron junto al resto de residuos. Eso sucede. Ahí deben actuar Osalan y la Inspección, porque hay trabajadores expuestos, y también Medio Ambiente, que no pone interés en esto. Luego está la ciudadanía y los sindicatos, que ven eso y no denuncian. Hay tarea para todos, creo que los sindicatos deberían implicarse un poco más.
¿Falta sensibilizar a la sociedad del riesgo del amianto?
-Bueno, vamos dando pasos. Durante años me han llamado chalado y ahora se empieza a ver que esto es grave. Pero falta sensibilización sí. Como los residuos de amianto que han aparecido en Altza hay mil casos, porque las empresas han estado vertiendo amianto en cualquier esquina.
Existe un listado de personas que han trabajado con amianto. ¿Es suficiente la vigilancia que hace Osakidetza con ellas?
-En la lista de Osalan estamos unas 7.600 personas. A muchos no se les hace la vigilancia sanitaria. Osakideza ha hecho campañas para hacer la prueba del cáncer de colon, que me parece muy bien, pero si hay un personal de riesgo que está listado pues deberían darle especial importancia a esa gente para la detección precoz. Creo que no se hace lo suficiente en ese terreno. Salvo que el afectado sea muy insistente no se hace nada.
Usted está en esta lista.
-Sí, acabo de hacer el reconocimiento y afortunadamente no tengo nada. Me costó bastante incorporme a esa lista, porque la empresa no lo había hecho antes de cerrar. Acudí a Osalan y con la documentación que tenían de la empresa nos incluyó a mí y a un montón de compañeros más. En los últimos años habré metido cientos de casos.
¿En qué consiste la revisión?
-Una radiografía de tórax, una prueba de respiración y, si aparece algún problema, te hacen un TAC. Algún compañero al que le han detectado a tiempo un cáncer de pulmón imagínate el alivio. Eso es lo importante, que el que tiene algo se le detecte a tiempo. Además, si estás en ese listado de cara a lograr la compensación es mucho más fácil demostrar el origen profesional de la enfermedad.
Diversos cálculos estiman en unos 35.000 los trabajadores enfermos por amianto en Euskadi. ¿Cree que es una cifra fiable?
-Seguramente se queda corta, pero la cifra total es difícil de saber. Muchos de los trabajadores que estuvieron expuestos al amianto regresaron a sus pueblos con la reconversión industrial de los ochenta y los noventa. Luego están todos aquellos a los que la empresa no incluyó en el listado del amianto y que la Seguridad Social no reconoce. ¿Cuántos han sido? Pues miles y miles, sin duda. Han salido mesoteliomas en el sitio más insospechado. Hace poco murió una mujer de 40 años con mesiotelioma pleural que había trabajado de administrativa. Dices, ¿cómo puede ser? Resulta que había estado en una fundición donde había mucho polvo que llegaba hasta la oficina.
El Parlamento Vasco se ha pronunciado a favor de crear un fondo de compensación para víctimas y en otoño el debate llegará al Congreso. ¿Esperanzado?
-Lo primero que quiero decir es que las empresas tienen que presionar y apoyar la creación fondo. Estoy seguro de que muchas empresas lo van a pasar mal porque van a tener que pagar grandes indemnizaciones a medida que vayan saliendo más casos. De hecho, en una de las empresas famosas que ahora están para cerrar (Muebles Xey) estaban muy agobiados hace dos años a porque no podían pagar 130.000 euros de una indemnización. Y hay muchas empresas más en esa situación, con el riesgo que supone también para el empleo.
Supondría un alivio también para las víctimas.
-Claro. A los enfermos de Sidenor, Altos Hornos o los astilleros les paga Cofivacasa (sociedad del Ministerio de Industria que dirige la quiebra de empresas públicas), es decir, en la práctica ya hay un fondo para algunos. Creo que un fondo de compensación es necesario por el bien de todos, pero sobre todo para acabar con el sufrimiento que supone toda la carrera judicial que hay que hacer para tener una indemnización.
En general las sentencias son favorables a las víctimas. ¿Cómo valora el papel de los jueces?
-Estamos muy molestos con Ricardo Bandrés. Un juez de San Sebastián, que en dos casos ha negado el recargo a la indemnización diciendo que la enfermedad venía del tabaco. Una barbaridad. Pero bueno, es el único. La doctrina del Supremo es clara.
Volviendo al fondo, ¿qué cantidad de dinero haría falta? ¿Le convence un fondo estatal?
-Creo que los abertzales hemos perdido una oportunidad de haber creado un fondo vasco como propuso CCOO. A veces aquí pedimos soberanía pero cuando hay que poner dinero vamos a Madrid. Eso sí, aquí hay una responsabilidad de Estado porque había una legislación desde los años 50 que se ha incumplido.
Parece que la mayoría de los partidos está de acuerdo.
-Sí, pero ya hemos oído muchas declaraciones del PSOE sobre el fondo cuando están en la oposición que luego no cumplen. Nosotros presionaremos para que esto se ponga en marcha cuanto antes.