vitoria - La reforma laboral aprobada en 2012 por el Gobierno de Mariano Rajoy ha logrado uno de sus grandes objetivos como era aligerar la factura de los despidos. La rebaja de las indemnizaciones a partir de febrero de aquel año disparó el número de rupturas de contrato y el volumen de dinero destinado por las empresas a este fin, que en el caso de la CAV alcanzó el máximo en 2013 con 430 euros por trabajador, unos 375 millones en total. Desde entonces, la recuperación económica y el propio efecto de la reforma han hecho que el dinero dedicado a indemnizaciones caiga con fuerza hasta los 131 euros por asalariado del pasado año, 118 millones de euros, menos de un tercio de lo abonado en el pico de 2013.
Así se recoge en la Encuesta Anual de Coste Laboral del INE correspondiente a 2016, que en lo referente a Euskadi da cuenta de una nueva bajada de los costes por trabajador como sucedió también en 2014 y 2015. La clave de este retroceso está en los salarios, que en buena parte de sectores y empresas continúan congelados mientras las nuevas contrataciones se realizan con nóminas muy inferiores a las de las personas que dejan de trabajar por jubilación. De media, el coste salarial baja el 1,1% y queda por debajo de 26.500 euros a cierre de 2016.
Aunque es la segunda cifra más alta del Estado tras Madrid, la acumulación de descensos ha llevado a las instituciones vascas, encabezadas por el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, a reclamar abiertamente a las empresas que inicien una subida generalizada de los salarios.
Más allá de los sueldos, hay otros elementos que están abaratando la factura empresarial y que contribuyen a que el coste laboral total (-1,4%) baje con algo más de intensidad que el coste salarial. Uno de ellos es el dinero que pagan los empresarios por indemnizaciones de despido, una variable que acumula también tres ejercicios en negativo.
Hay dos razones principales para ello. Una es la progresiva mejoría de la economía y del mercado de trabajo, que ha ido reduciendo el número de despidos como se refleja en las cifras de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). A esto hay que sumar el propio efecto de la reducción de los costes de despido, que se acentúa a medida que pasan los años. Es así sobre todo en el caso de los despidos improcedentes, los que mayores cantidades conllevan, para los que la reforma fijó 33 días por año trabajado solo para el periodo transcurrido desde su aprobación. Es decir, un trabajador despedido de forma improcedente en febrero de 2013 únicamente vería compensados con 33 días lo equivalente al año transcurrido desde febrero de 2012, mientras que la antigüedad anterior a la reforma se pagaría con la cifra previa de 45 días.
Por otro lado, el importante número de despidos de 2012 y 2013 y el proceso natural de jubilación abren paso a nuevas contrataciones en base a la nueva normativa. Estos trabajadores disponen de una antigüedad más corta que implica también una compensación mucho menor. A medida que pasan los años van quedando menos trabajadores con una dilatada antigüedad que implique indemnizaciones abultadas.
Todo ello hace que, aunque en 2013 ya estaba en vigor la nueva regulación laboral, despedir es si cabe más fácil ahora que entonces. En todo caso, el contexto económico es vital en este tipo de indicadores y la reforma laboral fue aprovechada por muchas empresas en dificultades para reducir plantilla.
En 2011 las empresas vascas gastaron por trabajador 376 euros en indemnizaciones, aun con la regulación anterior. En 2012 la cantidad sube a 400 euros por persona pese a extenderse el despido a 20 días para los casos procedentes y a 33 para los improcedentes, lo que da una idea del alto número de salidas que se produjeron aquel año. En 2013 continúa la sangría con 430 euros por trabajador, lo que supone el 1,17% del total del coste laboral.
En 2014 y 2015 se suavizan los números hasta los 113,5 euros por trabajador de 2016, el 0,37% del coste total. Las próximas decisiones judiciales a raíz de la sentencia europea que reconoce indemnizaciones a los temporales marcarán la evolución de este coste en los próximos años, sobre todo en el caso de la administración.
Repunte con la reforma. La reforma laboral de 2012 supuso un aumento de los despidos, lo que elevó la factura total en indemnizaciones. El pico se alcanza en 2013 con un gasto de 430 euros por trabajador.
Moderación. Una vez realizado el ajuste laboral más severo, a partir de 2014 el gasto en indemnizaciones empieza a caer. Es así en parte por la mejoría económica, pero también porque el efecto del abaratamiento del despido es mayor a medida que pasan los años ya que va bajando la presencia en el mercado laboral de trabajadores con una dilatada antigüedad y con derecho a cobrar 45 días por año si la salida es improcedente.
El 0,37% del gasto. Las empresas pagan en indemnizaciones de despido una parte muy pequeña del gasto total del trabajador. En 2016 fueron 131,5 euros por empleado, el 0,37%.
118
Millones de euros destinaron las empresas vascas el año pasado a indemnizaciones de despido.