BILBAO - Este fin de semana se ha celebrado el II Congreso de la Federación de Industria de Euskadi del sindicato LSB-USO, Víctor Sánchez (Barakaldo), jarrillero de adopción, trabajador de Sidenor y diplomado social ha sido reelegido con un amplísimo respaldo. Estos días la crisis de una docena de empresas vascas ha puesto en cuestión la situación de la industria en Euskadi pero Sánchez señala que, pese a todo, la situación de la actividad industrial vasca “está avanzando”.

Ustedes están presentes en empresas tan significativas como Arcelor Mittal, Tubacex, Sidenor, CIE, Vicrila, BSH, Mercedes, Bridgestone, Aernnova, Ormazábal... ¿Cómo ven a la industria vasca?

-La realidad es que desde la crisis que estalló en 2008 la situación ha mejorado. La industria vasca, en general, está avanzando, poco a poco pero se está recuperando. Hay sectores que van muy bien como la automoción o la química e, incluso, la siderurgia se está recuperando tras una crisis durísima. Las exportaciones van bien. El I+D+i está cada vez más presente. Y, por citar ejemplos conocidos, se cerró el grupo Kider pero se ha conseguido salvar Kider Store Solutions en Álava, con 140 trabajadores. En Vicrila creemos que también se puede encontrar un futuro. Se ha recuperado actividad en muchas fábricas, el grado de ocupación de la capacidad productiva aumenta, se ven nuevas inversiones y los datos estadísticos señalan que la industria vasca crece. Para que esto sea así los trabajadores han tenido que hacer en algunos casos esfuerzos y sacrificios -salariales, de jornada, de flexibilidad-, pero también es verdad que hay una serie de compañías, algunas muy conocidas como se ha visto estos días, que lo están pasando mal aunque su situación viene de lejos.

Los trabajadores de estas empresas en crisis, muchas de ellas sin empresario, piden apoyo al Gobierno Vasco en esta coyuntura. ¿Cómo lo ve?

-El Gobierno Vasco está para velar para que se mantenga el tejido industrial y los puestos de trabajo en Euskadi. Y los trabajadores necesitamos, a veces, el apoyo directo del ejecutivo y es lógico que se solicite pero dicho esto también creemos que no puede sustituir al empresario privado, ni la falta de un proyecto empresarial. El dinero público hay que cuidarlo muy mucho porque es de todos y con esto ya digo mucho.

Sidenor es un ejemplo de cómo la colaboración de los trabajadores y los sindicatos puede ayudar a fijar una empresa en Euskadi.

-Tenemos que tener en cuenta que hoy la empresa industrial que se pierde difícilmente se recupera. Además las nuevas iniciativas empresariales no generan, ni de lejos, el empleo de las que hay hasta ahora porque la incidencia de las nuevas tecnologías es notable. Por ello, en LSB-USO en esta coyuntura tremenda de crisis que hemos vivido, hemos apostado por hacer todo lo posible para salvar las empresas y eso, que no siempre ha sido bien comprendido, ha incluido efectuar sacrificios. Sidenor es una empresa vasca emblemática que estuvo muy cerca de verse reducida a la mínima expresión si llega a pasar a manos de otros competidores, con el efecto negativo para Euskadi que ello hubiese supuesto de pérdida de tejido industrial, actividad y empleo. Y se logró recuperar el centro de decisión para el País Vasco. Y en la negociación colectiva cedimos en un apartado, la jornada laboral, firmamos un acuerdo para cinco años en el que además, poco a poco, vamos a recuperar los niveles salariales perdidos.

En esta crisis la postura del sindicato mayoritario vasco ha sido diferente.

-Nosotros en LSB-USO nos hemos posicionado por mantener el empleo, el tejido industrial y la actividad allá donde era posible para poder tener futuro para los trabajadores y para el País Vasco. Si una organización sindical mayoritaria como ELA pone la vara de medir allá arriba, no dices que no quieras negociar pero en realidad no negocias. Insisto, nuestra postura ha sido, por responsabilidad, la de apostar por mantener el mayor tejido industrial en una coyuntura económica, recuerdo, gravísima y sin precedentes en muchísimos años.

¿Hay que subir salarios?

-Tras estos últimos tres años de crecimiento económico y tras los sacrificios de los trabajadores en forma de reducciones y congelaciones salariales para ganar competitividad efectuados anteriormente creemos que sí. Los sindicatos tenemos que unir nuestras posturas para defender subidas salariales, unos incrementos de sueldo que tendrán un efecto positivo en la economía pues propiciarán más consumo, más demanda interna y más ingresos fiscales.

¿La reforma laboral ha propiciado la devaluación salarial?

-La reforma laboral ha incidido mucho no, muchísimo. El derecho laboral hasta esta reforma era filosóficamente, en líneas generales, pro trabajador, ahora es pro empresario. Y a los trabajadores y a los sindicatos sólo nos ha dejado tres vías para defender nuestros derechos: la movilización y la lucha, la organización y la vía judicial.

Su organización fue la primera en defender un sindicalismo autónomo e independiente de los grupos políticos y ahora parece que la gran mayoría de las fuerzas sindicales defiende eso. ¿Cómo se definen en LSB-USO?

-La Unión Sindical Obrera es en origen el único sindicato independiente con implantación en todas las comunidades autónomas y sectores profesionales del Estado español. Nuestra independencia de los partidos políticos, de los gobiernos de turno, del mundo empresarial, se corresponde con el respeto al pluralismo de todo tipo, político, ideológico o religioso de nuestros afiliados y afiliadas así como en la autofinanciación de la organización. Nosotros trabajamos para alcanzar un orden social justo basado en la igualdad de oportunidades. Autonomía, independencia y solidaridad configuran nuestro modelo sindical.

Usted ha sido reelegido tras cuatro años. Sus inicios serían muy complicados.

-Efectivamente. Imagínese estar al frente de una federación de industria hace cuatro años, en lo más duro de la reforma laboral, con los descuelgues salariales, los despidos, la inaplicación de los convenios colectivos... Ha sido un mandato difícil pero como LSB-USO hemos conseguido mantener lo que teníamos pese a la destrucción de empleo y los cierres de empresas y de la desaparición de tejido industrial y, por lo tanto, de descenso de la afiliación. Ahora, afortunadamente, estamos creciendo en la industria.

¿Qué objetivo se plantea para este nuevo mandato?

-Más organización en los tres territorios de la CAV, acometer la negociación colectiva donde estamos presentes, renovar las secciones sindicales, expandir el sindicato desde el punto de vista afiliativo, y poner la comunicación al servicio de la acción sindical, con una especial incidencia en el trabajo en las redes sociales que son básicas para acercarse a los jóvenes y para que la sociedad vasca, en general, conozca más al sindicato.

¿El sindicalismo necesita acercarse a los jóvenes?

-Sin duda. Necesitamos un relevo generacional y los jóvenes tienen que entender que el sindicalismo es más necesario que nunca. Se consigue más unidos, se tiene más fuerza, que en solitario. Por eso tenemos que trabajar mucho en acercar el sindicato y el sindicalismo a las pymes, a las pequeñas empresas, donde trabajan jóvenes en condiciones, muchas veces, de precariedad de todos conocidas. Hay que organizarse pero no es fácil, máxime para una organización que somos lo que somos, el quinto sindicato de Euskadi.