BILBAO. La entidad espera que la economía vasca vuelva a crecer en torno al 2,8 % en el 2017, como el año anterior, y que se eleve al 2,9 % en 2018, por encima de lo esperado para el Estado ese segundo año, según el último informe de BBVA Research sobre la situación del País Vasco.

El responsable de análisis macroeconómicos de BBVA Research, Rafael Domènech, y el director del territorial norte de la entidad financiera, Carlos Gorria, han presentado en Bilbao el contenido del informe, después de hacerlo en Gasteiz ante el lehendakari, Iñigo Urkullu.

El análisis incluye previsiones algo más favorables que las últimas aportadas por el Gobierno Vasco tras su revisión al alza y que indican que la economía vasca crecerá un 2,7 % en 2017 y un 2,3% en 2018.

Según el BBVA, el crecimiento de la economía vasca se basa en el dinamismo de la demanda interna y en el buen comportamiento de las exportaciones y se caracteriza por ser, aunque no homogéneo, bastante generalizado, afectando a casi todos los sectores.

El impulso que se espera de la inversión y las exportaciones, tanto de bienes como de servicios, explican las buenas previsiones de la entidad.

En ese contexto, el BBVA confirma que el mercado laboral continúa su recuperación, con las comarcas en torno a las capitales como áreas que mejor han resistido la crisis, sobre todo San Sebastián y Vitoria, y con un menor dinamismo en el Gran Bilbao y el resto de territorio, aunque con diferencias entre zonas.

Pese a las previsiones de reducción del paro a un 9,4 % a finales de 2018, la tasa de desempleo se situaría entonces todavía 4 puntos por encima de su nivel a comienzos de 2008.

Además, la temporalidad del empleo continúa siendo elevada y afecta a casi una cuarta parte del mismo, por lo que crear más y mejor empleo sigue siendo un reto, según el estudio.

BBVA Research sitúa la evolución de la economía vasca en un contexto de mejora de la economía global, pero de riesgos, con la política económica de la Administración de Trump como uno de los principales focos de incertidumbre.

Según la entidad, en Euskadi varios factores explican el crecimiento económico: una política monetaria expansiva que, junto con el bajo precio del petróleo, apoya el gasto de las familias; la buena marcha del sector turístico y de las exportaciones y el impulso de la inversión por las reformas en materia laboral.

El BBVA también valora el incremento de la inversión pública en Euskadi tras cuatro años de ajuste y considera que el reciente acuerdo del Cupo vasco, que incluye compromisos de inversión relativos al Tren de Alta Velocidad, debería impulsar la obra pública en los próximos años.

El informe también identifica riesgos para la economía, entre ellos la incidencia del "brexit", aunque puntualiza que la exposición de Euskadi al Reino Unido es en general baja, inferior a la media española, y se produce fundamentalmente a través de las exportaciones (representa un 6 % de las ventas vascas al exterior).

Otros riesgos identificados son el aumento del precio del petróleo, la evolución de la inflación y posibles cambios en la política monetaria, aunque el BBVA cree que en Euskadi el impacto de un eventual aumento de tipos será menor que en otras comunidades dado su menor endeudamiento.

Su informe, que ve alcanzable para Euskadi el cumplimiento del déficit del 0,6 % del PIB este año, indica que persisten desequilibrios en la economía vasca (paro, temporalidad, demografía..) que obligan a considerar nuevas reformas en apoyo a la productividad y el empleo.

También incluye un análisis sobre la incidencia del Salario Mínimo Interprofesional (un 1,1 % de los asalariados vascos tienen un sueldo por debajo del mismo) y alerta de que el nuevo SMI, tras el incremento de un 8 % de su cuantía hasta 707,70 euros, puede dificultar el acceso al empleo de ciertos colectivos como mujeres, jóvenes y extranjeros.