bilbao - Ingeniero en Organización Industrial y en Informática de Gestión por la Universidad de Deusto, Alex Arriola (Eibar, 1981) lidera desde hace hoy justo cuatro años Spri, pieza clave del engranaje del Departamento de Desarrollo Económico. Su designación se produjo el 26 de junio de 2013, una fecha que marca el inicio de una nueva etapa laboral. Antes, fue director de compras de Gamesa y de CIE Automotive en China. Y en sus primeros pasos profesionales fue coordinador de proyectos en el centro tecnológico Gaiker. Sumando todas esas facetas laborales, Arriola es una de la voces más acreditadas para interpretar la radiografía de la economía vasca. El diagnóstico es muy positivo.
Durante la crisis muchas empresas se vieron obligadas a salir fuera en busca de nuevos mercados, ahora están avanzando en esa dinámica, han visto que ahí estaba el futuro.
-Sí, pero me gustaría profundizar en las empresas que no se han visto forzadas. En las empresas que teniendo visión de futuro, sin verse obligadas, empezaron a apostar por mercados exteriores. Porque al final apostar por salir fuera es ampliar el mercado, ampliar la base de clientes. Quiero poner en valor esa visión de futuro que muchas empresas vascas han tenido. De hecho las exportaciones suponen el 35% del PIB vasco y las empresas vascas, las grandes y las pequeñas, siempre han sido muy potentes en países como China, México, Estados Unidos, India... La verdad es que somos un ejemplo de internacionalización para otros. Dicho esto hay que seguir mejorando.
¿Qué perfil tienen las empresas que llaman a la puerta de Spri para salir al exterior?
-Hay una nueva hornada de empresas. Antes venían empresas algo más grandes que, después de estar fuera en el exterior un tiempo, ya no necesitan nuestros servicios. Ahora tenemos una segunda oleada de empresas de menor tamaño que están también empezando a internacionalizarse. En esas nos tenemos que centrar ahora sobre todo.
La globalización también es para el capital. No hay frontera y el dinero va en las dos direcciones.
-Eso es.
¿Cómo va el partido? ¿Está ganando Euskadi? ¿Las empresas vascas invierten más fuera que las extranjeras en la CAV?
-Habla de la posibilidad de perder los centros de decisión.
Es la duda que queda, hay quien dice que Euskadi está en venta.
-Me alegra que me haga esta pregunta, porque, primero, me gustaría desdemonizar la inversión extranjera. Se vincula a la pérdida de centros de decisión, y, en cambio, en la gran mayoría de los casos en los que una empresa extranjera ha adquirido parte o una posición mayoritaria en una empresa vasca, ha redundado en que esa empresa se ha reforzado aquí. Han creado puestos de trabajo, han tributado a Hacienda y ese dinero se ha reinvertido en temas sociales. Hay que desdemonizar esto. Y por otro lado, si comparamos la inversión extranjera que ha atraído Euskadi y la inversión vasca que ha entrado en empresas extranjeras, Euskadi está ganando el partido. Nosotros somos más inversores en el extranjero que los extranjeros en Euskadi. Muchas empresas vascas están comprando en el extranjero y también para quedarse en esos sitios de destino.
Spri tiene un programa ‘Invest in Basque Country’ que precisamente busca captar inversiones de fuera.
-Estamos en un mundo globalizado y llegará inversión extranjera. Eso va a pasar y no podemos pararlo, porque cuando una empresa vasca tiene valor siempre va a generar un interés. Desde el Gobierno tenemos la tarea de hacerle ver a esa inversión extranjera que viene que somos un país atractivo e interesante y que merece la pena estar aquí.
No están solos en esa dinámica.
-Eso es. Desde Spri lideramos estas iniciativas y queremos ser la ventanilla única. Que, cuando venga una empresa extranjera, sepa que viniendo a Spri le vamos a explicar todo el abanico de ayudas que hay. No solo las ayudas del Gobierno, en este campo también hay una labor importante de las diputaciones y los centros tecnológicos. Nosotros nos coordinamos con ellos para ofrecer un servicio integral a esas empresas. Si quieren conocer cuestiones fiscales, les ponemos en contacto con la Diputación. Si quieren conocer el ecosistema tecnológico, con los centros tecnológicos o con los cluster. Les explicamos ayudas de Gobierno, de Diputación, de suelo industrial o de capital riesgo que tenemos en Spri.
¿Se gestan inversiones extranjeras en origen a través de la red exterior de Spri?
-Sí, de hecho, la red exterior de Spri tiene dos funciones. Una es ayudar a las empresas vascas a implantarse fuera, pero ya en la pasada legislatura se empezó a dar otro rol a las delegaciones y otro de sus objetivos es atracción de inversión extranjera. En ese ámbito, varían mucho los países. Hay países que están volcados con la inversión fuera, por ejemplo Alemania o Estados Unidos, donde la labor de captación de capital extranjero es más fuerte que en otros lugares. En otros países, por la tipología de las empresas, no tienden a venir ni a Euskadi ni a Europa, pero la red exterior es otra de las herramientas importantes para atraer inversión extranjera en todo el mundo.
Spri también tiene un papel importante en la gestión de los suelos industriales, ¿cómo evoluciona esa actividad tras el fin de la crisis?
-Está mejorando. Durante la crisis hemos sufrido todos y también lo relacionado con el suelo industrial y la Construcción. Ahora está produciéndose una recuperación. Las empresas van mejor, se animan más a invertir. Las peticiones que nos hacen son distintas, vienen con proyectos concretos, y la tendencia es positiva muy, muy claramente. Todavía no se ha llegado a los números previos a la crisis, pero la tendencia es al alza y nosotros, a través de Sprilur, Industrialdeak y parques tecnológicos, tenemos un abanico que da respuesta a empresas que son megafrabricantes o a empresas que necesitan un espacio para labores de I+D. Un buen suelo industrial es un requisito muy importante para cualquier inversión, tanto extranjera como local o de Estado.
¿Se diseña un traje a medida?
-Sí. A ver, obviamente se piden muchas cosas ad hoc, cosas muy concretas y es imposible tener todo lo que cada uno quiere. Si no está hecho, se requiere un periodo de maduración de dos años para realizar la construcción y podría ocurrir que haya empresas que no puedan esperar ese tiempo. Pero en todo caso no se ha dado la circunstancia de que una empresa que haya querido instalarse en Euskadi no haya dado el paso porque no tenía un pabellón. Ha cogido algo alternativo o ha pospuesto la inversión hasta que se construye. Siempre se busca una salida.
La digitalización es otro de los campos en el que Spri está moviéndose.
-Sí, de hecho digitalización, tecnología e innovación son uno de los grandes, grandes, grandes pilares de trabajo de Spri. Y dentro de esto si hablamos de digitalización y más concretamente del Bind 4.0, tras una primera edición muy exitosa en la cual cogimos 16 proyectos start up y los juntamos con empresas tractoras, el resultado ha sido muy bueno. Antes hemos hablado de inversiones extranjeras y el propio Bind 4.0 ha servido para movilizar inversores, porque empresas start ups, tecnológicamente muy avanzadas y extranjeras, han decidido instalarse en Euskadi. Ellos han visto algo, no solo la empresa tractora. Han visto el entramado de emprendimiento, han visto las ayudas que tenemos.
¿Cómo se seduce a esas grandes empresas tractoras para que participen en Bind 4.0?
-En la primera edición hubo una intensa labor de explicar el programa a las empresas y la acogida fue buenísima. Tal es así que en la segunda edición, aunque también hemos tenido que ir a captar algunas empresas tractoras, nos han venido otras a pedirnos participar. Hemos tenido que decirles a algunas compañías que esperen a entrar en la siguiente edición. En cuanto a la captación de start ups, el año pasado recibimos 257 candidaturas de 41 países y este año se espera un número similar.
¿Cuál es la clave de ese éxito?
-Bind tiene una característica que es muy singular, se sale del tópico del emprendedor que necesita dinero para llevar su producto adelante. Dinero siempre hace falta, pero nuestro valor añadido es la oportunidad de probar el producto en una empresa. De convertirlo en un prototipo y luego poder decirle a los clientes que el producto ya está testado y en empresas muy potentes, las tractoras. Eso no tiene precio. Muchas empresas se quedan en el valle de la muerte, en ese paso que hay desde la I+D hasta que se llega al mercado. Hay un gap y siempre se necesita ayuda para superarlo. Puedes ser muy bueno, pero es necesario que alguien te contrate y el gran valor añadido de Bind es que otros posibles clientes ven que ya has superado eso. Lo acabamos de explicar en la feria Hannover Messe a empresas alemanas y se quedaron maravillados. Es un programa que parece totalmente lógico, pero no hay aceleradoras de este tipo en el mundo. Es una estrategia que cierra el círculo del Departamento de Desarrollo Económico. Hablamos de emprendimiento, de inversión y de conocimiento 4.0, es un círculo que está conectado.
Se habla mucho del pequeño tamaño de la empresa vasca, de la necesidad de impulsar su crecimiento, ¿es la gran asignatura pendiente de la economía de Euskadi?
-Tenemos un programa, Lehiabide, que ayuda a hacer ese primer análisis de una posible fusión para incrementar tamaño. Es el primerísimo paso, porque antes de que la Administración haga algo, la empresa tiene que tenerlo claro. Una vez que está en esa fase, si una empresa tiene proyecto o una vaga idea de cómo hacerlo, que venga al Gobierno y vamos a diseñar soluciones a medida. Tenemos capital riesgo, tenemos financiación, incluso I+D si quiere colaborar con otras empresas. En Spri queremos proyectos de empresas que estén convencidas de que quieren crecer, los vamos a recibir con los brazos abiertos y vamos a darles soluciones. No tenemos que inventar nada, ya tenemos las herramientas.
Cada uno debe entonces analizar su caso, no es una cuestión generalizada.
-No todos tienen que ganar tamaño, de hecho hay empresas que son líderes de mercado a nivel mundial y que no necesitan crecer porque su tamaño les da flexibilidad. Pero hay otros que sí. Los vascos tendemos a ser muy duros con nosotros mismos y hay que poner en valor hasta dónde hemos llegado. Tenemos empresas pequeñas, pero somos un país puntero en tecnología. Tenemos Gestamp, tenemos CIE Automotive, Irizar, tenemos dos empresas que fabrican trenes en nuestra dimensión reducida. En I+D somos líderes en el Estado. Dicho esto, ¿una mejora en el tamaño? Primero hay que detectar dónde es bueno ganar tamaño y luego actuar.
¿Es buen momento para crear empresas?
-Siempre es buen momento para crear empresas. Oportunidades para crear empresas hay hasta en recesión. Sí es verdad que en crisis hay menos ideas, la gente tiende a ser más conservadora. El sector industrial vasco es muy valiente, pero en crisis se vuelve conservador en el buen sentido porque es necesario proteger unas inversiones, mantener unos puestos de trabajo... Lo importante ahora es el cambio de tendencia, sí vemos que donde antes había problemas, había regulaciones de empleo, ahora hay proyectos concretos de inversión y más puestos de trabajo.
¿La digitalización obliga a los emprendedores a ser más creativos? ¿Pueden llegar a tener vértigo a la hora de poner en marcha un proyecto?
-Siempre habrá empresas de todo tipo. Habrá algunas más tecnológicas y otras menos. La cuestión es que cuanto más tecnológico seas mayor valor añadido aportas y, a más valor añadido, mayor capacidad de supervivencia. Nosotros nos centramos en productos tecnológicos y hay un montón de ideas. De hecho, cuanto más tecnología hay, mayores oportunidades se generan. Siempre hay algo que inventar. Y la digitalización también es un campo de oportunidades para negocios tradicionales. Sí exige tener unos conocimientos innovadores y tecnológicos de lo que pasa en el mundo, pero el empresariado de Euskadi es muy dinámico, muy potente, siempre ha estado en la vanguardia.
Lo importante es tener una idea.
-Claro. De hecho, se puede fallar en cuatro ideas y la quinta ser la buena. Por eso es importante no guardarse ninguna idea.