BILBAO - El Gobierno Vasco aprobó ayer las directrices de gasto del próximo año, que “se convertirá en el primer presupuesto estratégico de Euskadi”. El Ejecutivo se ha marcado “15 objetivos de país” que se “despliegan en 175 compromisos y 650 iniciativas con “sus correspondientes programas presupuestarios”. El planteamiento incluye a su vez 100 indicadores para la medición de los resultados. “La complejidad de muchos de los retos a los que se enfrenta Euskadi precisa de respuestas interdepartamentales”, advirtió Pedro Azpiazu.

La primera de las directrices presupuestarias de 2018, el gasto en personal, mantendrá los criterios actuales. No habrá incrementos de plantilla y continuará la moderación salarial. Los departamentos analizarán su política de gasto y lo racionalizarán en función de la apuesta social del Ejecutivo. Se mantiene el compromiso de incrementar el presupuesto de innovación en un 5% anual, se respetará la senda de consolidación fiscal y no se crearán empresas públicas.

Los objetivos son muy ambiciosos. En el ámbito económico destacan la reducción de la tasa de paro hasta el 10%, impulsar la industria para que represente un 25% del PIB vasco, facilitar su primera experiencia laboral a 20.000 jóvenes o incentivar cien proyectos de innovación. Esas actuaciones contribuirían a situar el PIB per cápita vasco 25 puntos por encima del de la Unión Europea.

En un plano más social se prestará especial atención a reducir un 20% la tasa de pobreza, situar la tasa de abandono escolar por debajo del 8% e incentivar la natalidad. El fomento del uso del Euskera, la igualdad de géneros o consolidar del sistema educativo y sanitario forman parte de las actuaciones orientadas al ciudadano.

Con marcado acento político, el Gabinete de Iñigo Urkullu se compromete a impulsar un nuevo estatuto político. El último objetivo es la paz, donde el Gobierno muestra su “clara determinación para que el fin del terrorismo y la violencia se transformen en integración y vertebración social de la convivencia”. - A. D. M.