madrid - Cuando parecía que el acuerdo estaba hecho, las negociaciones entre patronal y sindicatos de la estiba saltaron ayer por los aires. Las empresas han cambiado de postura en relación al preacuerdo alcanzado la semana pasada y no se comprometen a mantener en su puesto a los actuales trabajadores cuando se aplique la reforma, denuncian los sindicatos, que no ven margen para enderezar la negociación en los próximos días. Por tanto, salvo que la situación de un nuevo vuelco inesperado los estibadores pararán los puertos el lunes, miércoles y viernes de la semana que viene y, probablemente harán huelga también las dos semanas siguientes.
En esta ocasión no parece que las llamadas de la patronal Anesco a levantar los paros vayan a tener efecto ya que no hay previstas reuniones antes del lunes, primer día de huelga. Los propios sindicatos asumen que solo les queda la salida de las movilizaciones después de que dentro de la patronal “se haya impuesto el sector más duro”. “Nos sentimos engañados y maltratados, no entendemos nada”, declaró Antolín Goya, de la Coordinadora de Trabajadores del Mar, después de la reunión de ayer para tratar de cerrar ese acuerdo que recogiese las demandas laborales en la reforma del Gobierno español. “Después de que acordaramos una propuesta y la garantía para el empleo era una realidad, hoy se plantea todo lo contrario”, se quejó.
Las tiranteces dentro de Anesco vienen de lejos, y de hecho hace unos días un sector llegó a activar el mecanismo interno para dejar de representar a las empresas estibadoras. En aquel momento ese sector crítico no logró ganar la votación, pero sí parece que ha condicionado la posición de la organización empresarial en la mesa de negociación.
La subrogación del empleo, que era la principal bandera de los sindicatos, queda ahora en el aire. Las empresas se comprometen a mantener a los actuales trabajadores, algo más de 6.000, pero solo siempre que se logran unos objetivos de productividad acompañados de aumentos de jornada y las rebajas salariales ya pactadas. “La subrogación queda en nada. La patronal se ve en una posición más favorable una vez aprobado el decreto”, explicaba ayer Israel Ruiz, de UGT, que prácticamente da por hecho que habrá huelga la semana que viene.
Además de los días 5, 7 y 9, fechas de huelga que ya estaban programadas, los estibadores prevén convocar paros a finales de la semana siguiente, probablemente jueves y viernes, y la tercera semana de junio. La estiba es un sector clave para la economía vasca y española del que dependen más de la mitad de las exportaciones. Ayer Anesco pidió al Ministerio de Fomento que medie para solucionar un conflicto “ante el que las empresas están completamente desamparadas”. La patronal asegura que sí mantendrá el empleo pero plantea un plazo de quince días para negociar este blindaje puerto por puerto.