BILBAO - El comercio está sufriendo una transformación profunda de la mano de los cambios de hábitos de los consumidores y de la irrupción de internet y el denominado e-commerce. Un comerciante con años de experiencia como Pedro Campo, vicepresidente de la patronal española del sector CEC y presidente de organización empresarial vizcaína Cecobi analiza el debate entre comercio tradicional y el on line.

¿Le sorprende que una mayoría de consumidores vascos prefieran ir a una tienda física antes de comprar por internet?

-No. Hay sitio para todos. Creo que existen productos en los que el consumidor, afortunadamente, opta por la tienda física y la de cercanía pues prefiere ver, sentir y tocar el producto antes de adquirirlo. No me sorprende que los vascos prefieran comprar los productos de alimentación in situ, o los de equipamiento personal, vestido, calzado; por no hablar de los muebles de hogar. En cambio hay otros productos, -libros, música, equipos electrónicos, etc- que por sus propias características igual tienen un espacio más amplio a través de los portales digitales.

¿Los comerciantes tradicionales cómo ven una herramienta como internet para su negocio? ¿Cómo una amenaza o cómo una oportunidad?

-Como una amenaza, no. Creo que se ve como una oportunidad. El mundo actual es el que es y hay que aprovechar las ocasiones y dar facilidades a los consumidores. Además hay que convivir con ello. En Cecobi, por ejemplo, tenemos un portal para facilitar al comerciante sus ventas on line pues le gestionamos desde el mismo, tanto el cobro como la entrega de la mercancía. El comerciante solo tiene que preocuparse de tener el artículo actualizado y fijar el precio. Y este es un servicio pionero que está en plena expansión, gracias también al apoyo de las instituciones vascas, en este caso concreto de la Diputación vizcaína.

El comercio electrónico es una oportunidad pero algunos comerciantes vascos se quejan de que no todos juegan con las mismas reglas en este nuevo escenario que se ha abierto con la digitalización.

-Efectivamente. Nosotros estamos a favor del comercio electrónico y de la libre competencia. Pero claro siempre que podamos jugar todos en igualdad de condiciones. Con similares requerimientos fiscales, normativos etc. Este tema trasciende de los territorios vascos y de lo que se puede hacer aquí en Euskadi. Creo que, por ejemplo, en la Unión Europea se debería controlar y ordenar la existencia de portales comerciales en internet, de todos conocidos, que venden aquí pero que tienen sus domicilios fiscales en países como Irlanda, Países Bajos, etc, con una tributación impositiva mucho menor, por no hablar de otros sitios. Y también sin hacer referencia a aquellos que no incluyen el IVA y, claro, luego venden sus productos por internet mucho más baratos que un comerciante en el País Vasco que paga todos sus impuestos..

¿El consumidor vasco se tiene que concienciar de la importancia de sus decisiones de compra?

-Sí. Sin duda. El consumidor se tiene que concienciar de la importancia de comprar en un sitio u otro y de los efectos que ello genera. Cuando un consumidor compra aquí y paga sus impuestos correspondientes está contribuyendo a sostener los servicios sociales de los que nos beneficiamos todos.

¿Y en relación a las garantías?

-Por supuesto que hay portales en internet que venden con todas las garantías pero en una tienda física de Euskadi tienes un dependiente enfrente al que explicarle la situación, tienes un libro de reclamaciones a disposición de los consumidores. En cambio cuando compras en según qué portales en el extranjero, ¿cómo y dónde reclamas?. La ley del consumidor no cubre muchas de esas hipotéticas situaciones. Los consumidores, que somos todos, tenemos que pensar que hay detrás porque a veces lo barato es caro y lo que parece caro es barato. Y valorar también como serían, por ejemplo, nuestros barrios o nuestras ciudades si desapareciese gran parte del comercio tradicional. - X. Aja