BILBAO - La imagen que ilustra esta página es un reflejo de la realidad de la sociedad vasca actual, una población cada vez con mayor edad media y que, además, no crece. El aumento de la esperanza de vida, el adelanto de la edad de jubilación y la crisis económica han provocado que surjan dudas acerca de la viabilidad del régimen que permite cobrar la jubilación a los trabajadores cuando se retiran.

Y estas dudas surgen de los problemas existentes para financiar el sistema de pensiones públicas. Como se recordará el régimen de la Seguridad Social vigente en el Estado y en la mayoría de Europa es el conocido como sistema de reparto. Con este modelo, los pensionistas actuales no cobran lo ahorrado a lo largo de sus años de cotización, sino lo que pagan los trabajadores en activo con sus impuestos. Cada ciudadano del Estado se gana el derecho con sus aportaciones durante toda su vida laboral a que le paguen una pensión al jubilarse pero en base a un esquema del tipo, “yo pago ahora la pensión a mis mayores y mis hijos me la pagarán a mí cuando me jubile”.

Este sistema tiene una ventaja indiscutible que es su universalidad. Es decir, no deja a ningún trabajador sin un mínimo de ingresos en su vejez porque todos tienen derecho a una pensión por el mero hecho de haber cotizado, incluso aunque su salario hubiera sido bajo.

El problema es que para financiar este sistema se partió del principio de que había -según la tradicional pirámide de edad del siglo XX- más personas trabajando que jubiladas y más jóvenes que viejos.

Pero la realidad es que en estos momentos, caso de la CAV para, teóricamente, pagar las pensiones de 541.028 pensionistas sólo hay 922.032 personas trabajando afiliadas a la Seguridad Social.

En el caso de Navarra hay 265.419 trabajadores en activo para 132.310 pensionistas y en el conjunto del Estado español los 9.474.556 pensionistas son soportados económicamente por las cotizaciones de 17.910.007 trabajadores en activo.

Un dato que debería hacer reflexionar, al menos en la CAV, es que ya hay menos de dos personas trabajando por cada pensionista. De hecho para alcanzar ese ratio, que los economistas, consideran mínimo para sostener el sistema, el citado territorio vasco tendrá que tener al menos 1.082.056 trabajadores cotizando a la Seguridad Social cuando la cifra es 922.032. En Navarra el ratio de trabajadores por pensionistas sí supera por ahora el 2x1.

El resultado de este desfase, según los datos de la Seguridad Social, es que la CAV en 2016 gastó 2.913 millones de euros más de los que ingresó por cotizaciones y Navarra, 416 millones. Aunque las pensiones van a perder poder adquisitivo este año porque no se han actualizado de acuerdo con el incremento de los precios al consumo, el IPC, los números de los PGE señalan que el gasto de las pensiones contributivas aumentará un 3,2% teniendo en cuenta una revalorización del 0,25%, la mínima legalmente establecida, el incremento del número de pensionistas y la variación de la pensión media.

El Presupuesto de la Seguridad Social para 2017 incluye, a la vista de su deficiente situación financiera con un déficit estimado del 1,4% del PIB, un préstamo del Estado por importe de 10.192 millones para garantizar que el sistema pueda cumplir con los pagos. La Seguridad Social prevé ingresar por cotizaciones sociales un total de 110.560 millones de euros en 2017, un 5,7% menos que lo presupuestado en 2016. - X.A.