madrid - La deuda pública en España está desbocada y las comunidades autónomas con peor panorama exigen soluciones, pero en esto, de nuevo, hay discrepancias. Fijar una quita a la deuda que han contraído las autonomías es de momento solo una posibilidad, aunque por esa vía pujan ya con fuerza algunos gobiernos territoriales.

La Comunitat Valenciana es la que se pronuncia más claramente a favor de condonar un porcentaje de la deuda acumulada. Determinar cuál sería ese porcentaje llevaría a la fase siguiente de la negociación; sería dar el segundo paso sin haber dado el primero. Ahora toca debatir sobre la quita: ¿es necesaria?

El conseller valenciano de Hacienda, Vicent Soler, ha llegado a asegurar que simplemente lograr que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no descarte la opción es ya de por sí un éxito. Más allá de las variantes políticas, la valenciana es la comunidad más endeudada de España, un 42,5% del PIB regional (casi 44.000 millones de euros), lo que se explica en gran medida por la infrafinanciación histórica que viene denunciando el Gobierno del socialista Ximo Puig.

Su vecina del sur, Murcia, coincide en las causas de la expansión irrefrenable de la deuda, pero no es tan tajante acerca de la solución.

A la deuda en la región (de 8.300 millones de euros, un 29% su PIB) le ha pasado lo que en otras comunidades, y el Gobierno murciano lo explica bien en el correo remitido a Efe, en el que, al igual que Valencia, denuncia su histórica infrafinanciación. Se resume así: llega la crisis, bajan los ingresos, bajan los recursos y surgen los problemas para financiar servicios como la sanidad, la educación o la dependencia.

¿Qué han hecho las comunidades? Pedir dinero del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) diseñado por Montoro y endeudarse. El Ejecutivo balear afirma que la condonación de la deuda es “una compensación razonable” debido a esa “insuficiente financiación” que la crisis, además, ha agravado.

Cataluña lleva años soportando un peso excesivo de la deuda. También lleva años poniéndola a dieta. El resultado es que ha logrado aligerar ese lastre, como le reconoce el Banco de España, pero el porcentaje anida por el 35,4% de su PIB.

Sin embargo, el vicepresidente y conseller de Economía, Oriol Junqueras, afirmó el pasado 30 de marzo que no tiene muy claro que la quita sea la solución. El frente mediterráneo, por tanto, no aparece cohesionado en este aspecto, pero no muy lejos surgen adhesiones a la quita, como en Castilla-La Mancha.

Luego están los ejecutivos autonómicos que no ven mal la quita, aunque con peros. Andalucía, por ejemplo, la defendería siempre y cuando esté supeditada a la eliminación de los intereses del FLA, algo que no comparte Castilla y León, que quiere fijar un umbral de condonación de deuda sobre el volumen total de ésta, no sólo sobre la que se derive de dicho Fondo. El PP gobierna en La Rioja, que también se muestra abierta a analizar la posibilidad de la quita. Similar es la posición de Cantabria, partidaria de hablar sin apriorismos.

Galicia y Canarias son dos de las tres comunidades cumplidoras con el déficit y creen que hay que estudiarlo muy bien antes de tomar decisiones. Esta posibilidad no hace mucha gracia en Madrid, la comunidad junto a la CAV menos endeudada, ni en Extremadura y Asturias, gobernadas por el PSOE.

Qué hacer con la deuda es uno de los nudos gordianos de la reforma del sistema de financiación autonómica. El ministro Montoro no ha descartado la quita, pero tampoco la ha defendido. Al fin y al cabo, la mejora económica arrastra a la mejora de la deuda, que este año bajará al 98,8%, casi un punto menos que la que cerró 2016.

98,8%. Está previsto que la deuda de España baje un punto este año tras cerrar 2016 muy cerca del 100% del PIB. La previsión es que baje al 98,8%.

Autonomías. Entre las comunidades autónomas hay muchas diferencias. Las más endeudadas como la Comunitat Valenciana o Murcia reclaman una quita.

42%

La deuda autonómica más abultada es la de la Comunitat Valenciana, del 42,5% de su PIB, un total de 44.000 millones. Las más saneadas son Madrid y la CAV, con el 14% del PIB.