bilbao - Pese a la mejoría económica general, la construcción sigue lanzando mensajes de socorro. El sector se mantiene como uno de los grandes puntos negros de la recuperación, debido sobre todo a que la obra pública continúa bajo mínimos. La asociaciación de constructores vizcainos Ascobi advirtió ayer de que la actividad “no muestra signos de reactivación” y volvió a insistir en que hace falta un empujón por parte de la administración, sobre todo de diputaciones y ayuntamientos. Además, denuncian que la licitación a la baja, “muchas veces por debajo de costes”, es la puntilla para el sector, por lo que reclaman unos “precios sensatos” en las contrataciones públicas.
Ascobi presentó ayer el balance del pasado año en Bizkaia y en la CAV, con el común denominador de que la actividad constructora sigue al margen de la recuperación económica. Eso sí, la situación es especialmente grave en el territorio vizcaino, donde el año pasado cayó en picado la licitación pública y si menos viviendas que nunca. La obra que corre a cargo de la administración y la construcción de pisos son las dos grandes patas sobre las que camina el sector, y Bizkaia renquea en ambos casos. “No se constata ningún signo de reactivación inmediata que haga ver el futuro con optimismo”, lamentó ayer el presidente de Ascobi, Humberto Perea, que remarcó que “el factor determinante” para que la construcción continúe plana es “la drástica reducción” de la inversión en obra pública.
La llamada de atención por parte de las empresas constructoras no es nueva ya que las estrecheces presupuestarias en el ámbito público se remontan varios años atrás, aunque en esta ocasión sí es destacable la diferencia entre Bizkaia y el resto de la CAV. En conjunto, la cuantía de la obra pública aumenta un 10% en Euskadi en 2016, lo que en cualquier caso tampoco es suficiente para dar color al gris panorama del sector, como destacó el secretario general de Ascobi, Iñaki Urresti. El total en la CAV ronda ahora los 1.000 millones de euros al año, cuando en 2010 se rebasan los 4.000 millones.
Al bajo volumen de licitaciones se suma, denunció Urresti, que éstas se producen a precios cada vez más bajos, incluso en ciertas contrataciones por debajo del coste de producción. El fenómeno conocido como dumping ha sido denunciado en más de una ocasión por los sindicatos vascos, en especial por sus efectos en las condiciones de trabajo, y ayer los propios constructores pusieron la lupa sobre esta cuesión.
En ese sentido, Ascobi reclama “una política de precios de adjudicación sensata y coherente con la calidad exigida y los costes, tal y como reflejan las directivas europeas”. La agrupación de constructores pide un esfuerzo en especial a los ayuntamientos, ya que la construcción es una actividad con “gran capacidad tractora” a nivel local. “Son muchas las pequeñas empresas y los puestos de trabajo que dependen de ello”, recordó Urresti.
menos casas que nunca En cuanto a la edificación de vivienda, la radiografía es parecida. La CAV consigue repuntar casi el 10% pero Bizkaia se anota una caída del 11%, con tan solo 1.500 viviendas iniciadas el pasado año, 200 menos que en el ejercicio anterior. Urresti indicó que se trata de la cifra más baja de los últimos años, un récord negativo para las firmas del sector que se traduce en 1,3 viviendas por cada mil habitantes. Es decir, en un municipio medio de 10.000 personas se construirían tan solo 13 pisos al año, como ilustró el secretario general de Ascobi. El parón de la construcción contrasta con la evolución de la compraventa de vivienda usada, donde sí está habiendo movimientos.
Con estos ingredientes el plato no puede resultar satisfactorio. La construcción vasca, y más aun la vizcaina, sigue sin dejar atrás la crisis y eso supone bajos niveles de empleo.